RÍO DE JANEIRO, 23 Nov. (Reuters/EP) -
La Policía de Río de Janeiro irrumpió este martes en una barriada de favelas para intentar sofocar los disturbios violentos orquestados por presuntos narcotraficantes que han atacado comisarías de Policía y han quemado coches en la ciudad brasileña en los últimos tres días.
La ola de violencia arroja más dudas sobre la seguridad en el país que será sede del Mundial de fútbol de 2014 y de los Juegos Olímpicos de 2016.
La Policía confirmó este martes la muerte de dos narcotraficantes por disparos en un episodio relacionado con las revueltas violentas. Asimismo, las fuerzas de seguridad arrestaron a cuatro personas sospechosas de intentar incendiar coches en Copacabana, la región que será sede del voleibol playa en las Olimpiadas.
El pasado domingo comenzaron los disturbios con los ataques a varias comisarías de Policía y los actos de presuntos narcotraficantes que detuvieron el tráfico en una autopista, ordenaron bajar de los vehículos a los ocupantes y prendieron fuego a los coches.
Las autoridades locales llevaron a cabo quince operaciones en diferentes barriadas de favelas con el apoyo de 1.200 oficiales de Policía en las calles de Río, según informaron en un comunicado las fuerzas del orden. "Estos ataques los dirige una banda criminal", subrayaron en el texto.
Los brotes de violencia se han producido en varias ocasiones tras la designación de Río de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos de 2016. Tras el fallo, conocido en octubre de 2009, los integrantes de bandas criminales derribaron un helicóptero de la Policía, lo que desató numerosas redadas policiales y unos disturbios en los que murieron 30 personas.
En agosto de este año, un grupo armado con metralletas y granadas invadió un hotel de cinco estrellas en uno de los barrios más ricos de Río y mantuvo como rehenes a 35 personas durante dos horas.
El Gobernador de Río, Sergio Cabral, manifestó en el diario 'O Globo' que estos disturbios son un síntoma de la desesperación de las bandas de narcotraficantes "después de que la Policía les haya expulsado de su territorio original". Concretamente, las fuerzas de seguridad han ocupado más de una docena de barrios de favelas en un esfuerzo para "restaurar el imperio de la ley y mejorar la seguridad".