Actualizado 21/08/2015 15:01

El principal socio de coalición de Rousseff prevé salir del Gobierno

SAO PAULO/BRASILIA, 21 Ago. (Reuters/EP) -  

   El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el mayor del país, se prepara para abandonar la administración de la presidenta Dilma Rousseff después de los desacuerdos sobre la gestión de una crisis política en curso, ha informado este viernes el diario 'Valor Económico'.

   El periódico, que no aclara cómo obtuvo la información, añade que el PMDB daría un primer paso en esa dirección cuando el vicepresidente, Michel Temer, entregue sus tareas como principal enlace político de Rousseff con el Congreso para finales de agosto.

   La separación formal de Rousseff debería tener lugar el 15 de noviembre, cuando el PMDB celebra su congreso nacional, según 'Valor'. Líderes del partido presentarán un programa para "recuperar la confianza y además brindar más predictibilidad y certidumbre legal a la comunidad de negocios de la nación", añade el diario.

   Las oficinas de prensa del palacio presidencial y del PMDB no se han pronunciado por ahora respecto a esta información.

   De acuerdo con 'Valor', una salida de la administración de Rousseff permitiría al PMDB presentar candidatos para las elecciones municipales del próximo año con relativa facilidad y libertad de la alianza con el gobernante Partido de los Trabajadores de la mandataria.

   Las especulaciones acerca de la posible salida de Temer de su puesto como principal coordinador político de la presidenta crecieron esta semana.

   Un asesor de la cúpula del PMDB, que habló con Reuters bajo condición de anonimato, dijo que el movimiento estaba siendo discutido dentro del partido mientras se prepara para designar a su propio candidato presidencial en 2018, pero que eso no significaba que el PMDB abandonaría el Gobierno ahora. Eso, sostuvo, implicaría la renuncia de Temer como vicepresidente.

   La decisión tiene lugar en momentos en que los sondeos de opinión muestran que dos de cada tres brasileños quieren la impugnación de Rousseff después de que se contrajera la mayor economía latinoamericana y un masivo escándalo de corrupción estallara en varias compañías controladas por el Estado durante su presidencia.

   En los últimos meses Temer encabezó los esfuerzos gubernamentales para sacar a Brasil de la crisis política, defendiendo a Rousseff ante la comunidad de negocios y entre políticos de la coalición de gobierno y de la oposición.