Dilma Rousseff
UESLEI MARCELINO/REUTERS

   BRASILIA, 29 Ago. (EUROPA PRESS) -

   La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, ha comparecido este lunes ante el Senado para defender su inocencia de los cargos que se le imputan en el 'impeachment', insistiendo en que hay "un golpe de Estado en marcha" que, de perpetrarse, significará "la muerte" de la democracia en el país.

   "Vengo a mirar en los ojos a sus excelencias y decirles que no cometí el delito de responsabilidad" del que se me acusa, ha asegurado, reiterando que las acusaciones en su contra "no pasan de pretextos basados en una frágil retórica jurídica".

   "Tengo la conciencia absolutamente tranquila", ha afirmado. "No he hecho nada en contra de cualquiera de los preceptos de la Constitución que juré cumplir", ha recalcado, sosteniendo que todas las actuaciones de su Gobierno han estado guiadas por "el interés social".

   Rousseff ha recordado además que el 'impeachment' debe basarse en un crimen de responsabilidad concreto, no en "el conjunto de la obra" de un Gobierno, tal y como pretenderían los senadores, por lo que --ha alertado-- la verdadera intención de los promotores del juicio político sería evitar las urnas.

   "Sin apenas pretextos tratan de derrumbar un Gobierno legítimo escogido mediante elecciones directas en las que participaron 110 millones de brasileños. El Gobierno de una mujer que ganó dos elecciones presidenciales consecutivas", ha subrayado.

   Para Rousseff se trata de una venganza política de una "élite" que desde su reelección, en 2014, "hizo de todo para impedir la estabilidad del Gobierno bajo la premisa de "cuanto peor, mejor", "importando poco los resultados lesivos sobre el pueblo brasileño".

   "Se creó así un ambiente de inestabilidad política propicio para la apertura de un 'impeachment' sin crimen de responsabilidad" que tuvo como vector --ha indicado-- al ex presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, dolido porque Rousseff no accedió a su "chantaje explícito" para frenar las investigaciones en su contra en el Congreso.

   "Curiosamente, seré juzgada por crímenes que no he cometido, antes del juicio contra el ex presidente de la Cámara de Diputados, acusado de gravísimos hechos ilícitos (...) ¿Ironía de la historia? No, de ninguna forma. Se trata de una acción deliberada", ha denunciado.

   "Este proceso", ha dicho, "está marcado de principio a fin por un clamoroso desvío de poder". "Estamos a un paso de la consumación de una grave ruptura institucional. Estamos a un paso de la concreción de un verdadero golpe de Estado", ha alertado.

"GOBIERNO USURPADOR"

   El resultado --ha avanzado-- será un "gobierno usurpador", ahora encabezado por el vicepresidente, Michel Temer, que pondrá fin a las "conquistas sociales" de los últimos 13 años, alcanzadas bajo los mandatos de Luiz Inácio Lula da Silva y ella misma.

   "Lo que está en juego es la autoestima de los brasileños, que resistirán los ataques de los pesimistas que cuestionaban la capacidad de Brasil para celebrar con éxito el Mundial de Fútbol, los Juegos Olímpicos y las Paraolimpiadas", ha dicho.

    Rousseff ha vuelto a plantear como alternativa a este 'impeachment' "convocar a los brasileños para que decidan sobre el futuro del país", así como un diálogo nacional. "Son las mejores armas que tenemos para preservar la democracia", ha esgrimido.

   La líder izquierdista ha aclarado que "luchará" hasta el final, tal y como hizo durante la dictadura militar, cuando --ha recordado-- fue torturada. "Entre mis defectos no están ni la deslealtad ni la cobardía (...) Y por eso, como en mi pasado, resisto", ha ensalzado.

"EL LADO CORRECTO DE LA HISTORIA"

   Rousseff se ha propuesto "despertar las conciencias ahora adormecidas para que, juntos, pongamos los pies en el lado correcto de la historia", evitando con ello "un terrible precedente: condenar sin pruebas a un inocente".

   Aunque ha reconocido que el triunfo del 'impeachment' sería "una muerte política" para ella, ha asegurado que no está motivada por el interés personal. "No lucho por mi mandato por vanidad o por apego al poder" sino "por la democracia, por la verdad y por la justicia", ha aseverado.

   "Lo que está en juego en el 'impeachment' no es mi mandato, es el respeto a las urnas, a la voluntad del pueblo y a la Constitución", ha reiterado. "Solo temo la muerte de la democracia, por la cual, muchos de los que estamos en este plenario, luchamos con el mejor de nuestros esfuerzos", ha reivindicado.

   Así, ha pedido a los 81 senadores que "dejen a un lado" sus rencores personales porque "lo único que importa ahora es lo que todos sentimos por Brasil y por el pueblo brasileño". "Voten contra el 'impeachment'. Voten por la democracia", ha concluido.

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