Actualizado 17/12/2013 22:07

Rousseff renueva su promesa de llevar a cabo una reforma política


BRASILIA, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, renueva su promesa de llevar a cabo una reforma política, después de que su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, llamara a una renovación del discurso del Partido de los Trabajadores (PT) para acercarse a la juventud.

"Defiendo una reforma política decidida por consulta popular, escuchando a la población brasileña", ha escrito en su cuenta oficial de la red social Twitter.

Rousseff ha insistido en que "el sistema político brasileño necesita cambios". "Debe permitir que la sociedad participe de forma efectiva en el destino del país", ha considerado.

Sin embargo, ha subrayado la importancia de mantener los partidos políticos. "A lo largo de la historia la idea de una política sin partidos ha estado ligada a la defensa de gobiernos autoritarios o elitistas. No existe democracia sin partidos políticos", ha sostenido.

Así, ha expresado su "orgullo" por pertenecer al PT, "un partido político nacido de las luchas de los trabajadores, que gobierna para los más pobres, los más débiles, los más necesitados".

CONSEJO DE LULA

Rousseff ha realizado estas declaraciones después de que Lula hiciera un llamamiento a renovar el PT para conectar con la juventud, en el marco de las elecciones internas que se han celebrado este domingo.

"El mayor desafío de los próximos dirigentes del PT, además de reorganizar, es renovar el partido, porque lo que el partido necesita en estos momentos es volver a hacer un discurso para los jóvenes", ha dicho desde Sao Bernardo do Campo, según la cadena O'Globo.

Además, ha considerado que las elecciones de 2014 "son históricas para el PT". "Tenemos la posibilidad de disputar los comicios en muchos estados importantes. Yo diría que lo más importante, después de la presidenta Dilma, es Sao Paulo", ha indicado.

Las declaraciones de Lula serían una referencia velada a la crisis política que se desató en junio, cuando millones de brasileños, en su mayoría jóvenes, marcharon por las calles de las principales ciudades contra la corrupción y en demanda de mejoras sociales.

Sao Paulo se convirtió en el epicentro de la protesta, que comenzó contra una subida del precio de transporte público de apenas unos céntimos. Después, se unieron otras grandes ciudades como Río de Janeiro y Brasilia.

A raíz de estas protestas, Rousseff dio un mensaje a la nación en el que anunció una reforma política y un impulso de los programas sociales que se llevarían a cabo a través de una modificación de la Constitución que aún sigue pendiente.