Actualizado 14/09/2015 21:19

California, a un paso de aprobar la ley de suicidio asistido

   WASHINGTON, 14 Sep. (Notimérica) -

   El estado de California está a tan solo un paso de declarar legal el suicidio asistido en casos de enfermedad mortal incurable. El último paso lo tiene que dar el gobernador, Jerry Brown, ratificando o vetando la iniciativa.

   La iniciativa, promovida por el grupo de defensa sin ánimo de lucro 'Compasión y opciones' ('Compassion and Choices'), fue aprobada por el Senado californiano con 23 votos a favor y por 14 en contra. Ya había sido aprobada a principios de la pasada semana por la Asamblea legislativa con 44 votos a favor por 35 en contra.

   Es el gobernador demócrata Jerry Brown, profundamente religioso (fue seminarista jesuita en su juventud), es el que tiene en su mano ratificar o vetar esta iniciativa.

   De aprobarse, California se uniría a Oregón, Washington, Montana y Vermont como únicos estados en los que esta medida está aprobada y legalizada.

   El estado del Sol ya ha rechazado el suicidio asistido en dos ocasiones anteriores, la última en 2007. Una encuesta de Gallup revela que el 70 por ciento de la población estadounidense estaría a favor del suicidio asistido, cosa algo extraña ya que la mayoría de las 16 religiones predominantes en Estados Unidos rechazan esta medida, según asegura el centro de investigaciones Pew.

   En el caso de que finalmente se aprobara, los enfermos que solicitaran el suicidio asistido deberían demostrar que están mentalmente capacitados para tomar esa decisión, y que un doctor les haya pronosticado menos de 6 meses de vida.

EL CASO DE BRITANNY MAYNARD, DETERMINANTE.

   Parece ser que esta medida es de las que necesitan de un caso para que la población se conciencie del problema. El caso ha sido el de la jóven californiana de 29 años Britanny Maynard, a la que le fue diagnosticado un tumor cerebral incurable, y tuvo que marcharse a Oregón para poder recibir el suicidio asistido.

   Britanny anunció que quería morir cuando ella lo decidiera, junto a su familia, y no agonizando el tiempo que le quedaba de vida.

   Poco antes de morir recibió una llamada del gobernador Brown, al que le expresó su deseo de que California implementara esta medida en un futuro para que nadie tuviera que pasar lo que ella había pasado.

   No obstante, esta medida requiere de un estricto control ya que a los legisladores les preocupa que esta ley pueda ser utilizada para convencer a determinadas personas a morir antes de tiempo para beneficio propio como, por ejemplo, en el caso de herencias.