Publicado 15/09/2015 12:39

El cambio climático empuja las plantas tropicales hacia las cumbres

   MADRID, 15 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Comparando la distribución altitudinal de la flora del volcán Chimborazo, en Ecuador, con datos históricos de 1802, investigadores de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, han podido demostrar que las plantas se han desplazado hacia arriba una media de más de 500 metros. El límite de crecimiento de las plantas ha pasado de los 4.600 metros hasta casi los 5.200 metros, un cambio que, según los investigadores, se debe al cambio climático.

   El científico alemán Alexander von Humboldt viajó alrededor del año 1800 a América Latina para cartografiar la distribución de las plantas e investigar qué determina los límites de crecimiento de las distintas especies. El resultado de muchos años de colecciones botánicas fue, entre otros, entender mejor la relación entre las condiciones climáticas y la distribución de especies, como describió en varias obras, como 'Tableau Physique'.

   "El 'Tableau' de Humboldt y las descripciones que lo acompañan representan los datos más antiguos que se conocen sobre la distribución altitudinal de especies de plantas en el mundo. Aquí se nos presentaba una oportunidad excepcional para investigar cómo ha cambiado la distribución de la flora tropical durante los dos últimos siglos", explica uno de los autores del estudio, Jens-Christian Svenning, del Instituto de Biociencia de la Universidad de Aarhus.

   En el verano del 2012, el grupo de investigadores siguió los pasos de Humboldt hasta el Chimborazo para mapear la distribución actual de las plantas, que se extendió hasta los 5.200 metros. "A 5.185 metros encontramos los últimos vestigios de vegetación: una pequeña planta de la misma familia que el girasol, medio cubierta de nieve, en plena flor a pesar del frío, la baja presión atmosférica y el fuerte viento", cuenta Naia Morueta-Holme, autora principal del estudio y que realizó el muestreo como parte de sus estudios de doctorado en el Instituto de Biociencia de Aarhus.

   La investigación es un ejemplo de cómo datos históricos pueden ser útiles hoy en día para demostrar cómo el mundo natural ya se está alterando en reacción a los cambios medioambientales a escala global y local. Esto nos proporciona una visión de lo que podemos esperar en el futuro, donde se predice que el cambio climático será aún más agudo de lo que ha sido en los últimos 200 años.

   "A pesar de que las plantas, en promedio, han podido seguir los cambios ambientales, vemos también muchas especies individuales que no se han desplazado tanto y se están quedando atrás, mientras que otras --en particular especies comunes con buena capacidad de dispersión y que pueden mantenerse en condiciones muy variables-- se han movido todavía más. Podemos esperar grandes cambios en la vegetación en el futuro, lo que despierta preocupación en cuanto al destino de las especies raras y especializadas, incapaces de seguir el ritmo de los cambios ambientales. En este contexto, son especialmente relevantes las zonas tropicales, donde viven la mayoría de estas especies", explica Naia Morueta-Holme.