Actualizado 16/07/2009 20:32

Canciller depuesta de Honduras sigue en campaña

Por Carlos Alberto Quiroga

LA PAZ (Reuters/EP) - La canciller del Gobierno depuesto de Honduras se reunió el jueves en La Paz con presidentes y otras autoridades de ocho países latinoamericanos, en un nuevo paso de su campaña de denuncia del golpe de Estado ocurrido hace casi tres semanas en la nación centroamericana.

El encuentro de Patricia Rodas con los líderes sudamericanos, en el marco de las celebraciones del bicentenario de la revolución independentista de la capital política boliviana, ocurrió dos días antes de un nuevo intento de diálogo en Costa Rica para superar la crisis hondureña.

"Estoy convencido (de que) en Honduras va a fracasar el golpe. Todo nuestro apoyo al pueblo hondureño", dijo el presidente Evo Morales en un discurso una hora después del encuentro de la canciller del derrocado gobernante hondureño Manuel Zelaya.

Rodas, de quien no se reveló la agenda tras su no anunciado arribo a La Paz, se mostró sonriente a la prensa pero no hizo declaraciones tras su encuentro de casi dos horas con los presidentes de Bolivia, Ecuador, Paraguay y Venezuela, además del vicepresidente de Cuba y los cancilleres de Argentina, Brasil y Chile.

Repetidas alusiones de Morales a la situación hondureña parecieron mostrar que persistía un sólido respaldo regional a Zelaya, gobernante también alineado con el discurso izquierdista y "anti imperialista" del líder venezolano Hugo Chávez.

Delegaciones de Zelaya y del Gobierno de facto en Honduras presidido por Roberto Micheletti tienen previsto reunirse el sábado en la capital costarricense, para buscar una salida pacífica a la crisis política tras el golpe del 28 de junio.

DENUNCIA DE CONJURA

El presidente boliviano, quien desde su llegada al poder en el 2006 impulsa una política de nacionalizaciones luego de dos décadas de una radical privatización de la economía, denunció que el golpe en Honduras sería parte de una conjura orquestada por políticos y militares pro "imperialistas".

"Si en Bolivia el año pasado fracasaron ahora intentan en Honduras", aseveró Morales en un discurso de apertura de una parada militar en la que participaron delegaciones de Argentina, Paraguay, Perú y Venezuela.

El gobernante boliviano se refería a una ola de protestas en regiones controladas por la derecha, que lo desafió en el segundo semestre del 2008 y dejó un tendal de muertos y pérdidas económicas calculadas en unos 200 millones de dólares, sin lograr impedir la aprobación de la nueva Constitución "plurinacional".

Al aplaudir la "batalla (de sectores hondureños) frente a la dictadura", Morales dijo que el golpe contra Zelaya fue ejecutado por políticos afines a la política internacional de Washington y militares formados bajo el mando del Comando Sur de las fuerzas militares estadounidenses.

"No es posible que todavía en este nuevo milenio haya grupos militares que dependan del Comando Sur de Estados Unidos, no es posible que todavía el Comando Sur dirija Golpes de Estado", protestó, pronosticando que "los golpistas tarde o temprano serán juzgados".

Morales, quien desde la aprobación de una nueva Constitución en Bolivia a principios de año redujo drásticamente el papel de la Iglesia Católica de las celebraciones oficiales, criticó también a un cardenal hondureño que se pronunció recientemente a favor del cambio de Gobierno en el país centroamericano.