Actualizado 11/05/2007 03:30

CELAM.- El Papa pide a los jóvenes que "no desperdicien la vida" y vivan de manera responsable y fiel a los Mandamientos

En el estadio de Pacaembú, elogia al matrimonio, como "institución de derecho natural", y pide a los jóvenes que se respeten durante el noviazgo


SAO PAULO, 11 May. (de la enviada especial de EUROPA PRESS, Laura Caldito) -

El Papa Benedicto XVI pidió hoy (madrugada en España) a los jóvenes que "no desperdicien la vida" y les instó a vivirla de una manera responsable y conforme a los Mandamientos de Dios, durante su discurso en el estadio de Pacaembú, en la ciudad de Sao Paulo, en el que hizo un llamamiento a construir una sociedad "más justa y solidaria" y elogió el matrimonio, como "un gran don que Dios hizo a la humanidad".

Desde el comienzo, los alrededor de 40.000 jóvenes llegados desde todos los puntos del país, e incluso desde el extranjero, aclamaron al Santo Padre, que en varias ocasiones se levantó y agradeció las muestras de cariño, y que, durante su discurso, tuvo que interrumpir sus palabras en numerosas ocasiones debido a los aplausos. Tras los primeros saludos del arzobispo de Sao Paulo, don Odilio Scherer, y del obispo y miembro de la Comisión de Juventud de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB, en sus siglas en portugués), Eduardo Vieira, un joven, en representación de todos los presentes, dio una emocionada bienvenida al Santo Padre, que agradeció sus palabras con un abrazo, entre la euforia de los asistentes.

En su discurso, el obispo Vieira pidió a Benedicto XVI que "contemple Brasil como sede de la Jornada Mundial de la Juventud" que tendrá lugar en 2011, lo que provocó un sonoro aplauso de todos los asistentes. España también ha manifestado su interés en que Madrid acoja este evento para este año.

Inmediatamente después de las palabras de bienvenida, comenzó la celebración, estructurada en cuatro partes. En la primera de ellas, se presentó al Papa la naturaleza brasileña, a través de dos canciones y una proyección de imágenes del país. En la segunda parte, cinco jóvenes presentaron al Papa la realidad de la juventud del país a través de varios temas: Iglesia, educación, trabajo, exclusión social y trabajo de las ONG con los jóvenes.

Después, a través de una coreografía, Benedicto XVI pudo conocer algo más de la belleza y la riqueza de la cultura brasileña, a través de la música y la danza. Danzas indígenas, capoeira y samba al son de 'Acuarela de Brasil' fueron algunas de las presentaciones efectuadas por unos 150 jóvenes.

Posteriormente, y tras la entrega de regalos al Papa, comenzaba el momento central del encuentro, con la lectura de la Palabra de Dios y el mensaje que el Papa ha traído a los jóvenes brasileños y latinoamericanos desde Roma, uno de los más esperados de su visita al país.

El Santo Padre comenzó su discurso, íntegramente en portugués, ante sus "queridos amigos y amigas" asegurando que deseó "ardientemente" encontrarse con los jóvenes en su primer viaje a América Latina, el "continente de la Esperanza". "Ayer, por la tarde, al sobrevolar el territorio brasileño, pensaba ya en nuestro encuentro en el estadio de Pacaembú, con el deseo de dar un gran abrazo bien brasileño a todos vosotros", aseguró el Papa alemán, que desde su llegada a Brasil se ha mostrado muy cercano con el pueblo, que le ha correspondido con grandes muestras de cariño.

Señaló a los jóvenes que, ante ellos, tienen una vida "que deseamos seas larga", pero que es "única". Por ello, les instó a que no la dejen "pasar en vano". "No la desperdiciéis, vivid con entusiasmo, con alegría, pero, sobretodo, con sentido de responsabilidad", dijo el Papa, provocando los aplausos de los jóvenes.

En su discurso, aseguró conocer los miedos de la juventud de hoy día, y que muestran un "enorme déficit de esperanza". "Miedo de morir, en un momento en que la vida está comenzando y busca comenzar su camino de realización; miedo de sobrar, por no descubrir el sentido de la vida; miedo de estar desconectado frente a la desconcertante rapidez de los acontecimientos y de las comunicaciones", señaló el Papa, que habló de una "juventud perdida", por el alto índice de muertes entre los jóvenes, la amenaza de la violencia y la "deplorable proliferación de las drogas que sacude hasta la raíz más profunda de la juventud".

Por todo esto, el Papa envió a los presentes la "gran misión de evangelizar a los jóvenes y las jóvenes, que caminan por este mundo errantes, como ovejas sin pastor" y les instó a vivir conforme a los "valores morales universales" y los "mandamientos de Dios", que "no son impuestos desde fuera, ni disminuyen nuestra libertad", sino que "constituyen impulsos internos vigorosos".

Asimismo, el Santo Padre instó a todos los jóvenes a que sean "hombres y mujeres responsables", que hagan de la familia "un foco irradiador de paz y alegría" y que amparen a los ancianos, que merecen "respeto y admiración por el bien" que les hicieron. También les pidió que sean "protagonistas de una sociedad más justa y más fraterna, cumpliendo las obligaciones del Estado, respetando sus leyes, no dejándose llevar por el odio y por la violencia, siendo ejemplo de la conducta cristiana en el ambiente profesional y social, distinguiéndose por la honestidad en las relaciones sociales y profesionales".

"GRAN RESPETO" POR EL MATRIMONIO

Benedicto XVI pidió a los jóvenes que, sobretodo, tengan "un gran respeto" por el sacramento del matrimonio, palabras que dieron lugar a una nueva interrupción, por los aplausos de los jóvenes. "No podrá haber verdadera felicidad en los hogares si, al mismo tiempo, no hay fidelidad entre los esposos", aseguró el Papa, para quien el matrimonio es "una institución de derecho natural, que fue elevada por Cristo a la dignidad de Sacramento". "Es un gran don que Dios hizo a la humanidad", subrayó.

Al mismo tiempo, aseguró, Dios llama a los jóvenes a respetarse también en el noviazgo. "La vida conyugal que, por disposición divina está destinada a los casados sólo es fuente de felicidad y de paz en la medida en que sepáis hacer de la castidad, dentro y fuera del matrimonio, un baluarte de vuestras esperanzas futuras", indicó el Santo Padre. En definitiva, pidió a los jóvenes que sepan resistir "con fortaleza a las insidias del mal existente en muchos ambientes" y que conduce a "una vida disoluta, paradoxalmente vacía" que lleva a perder "el bien preciso" de la libertad y de la verdadera felicidad.

Durante su discurso, el Papa también tuvo palabras para quienes son llamados a "una entrega total y definitiva para consagrarse a Dios en la vida religiosa", para los que pidió la protección divina. "Las personas consagradas merecen, verdaderamente, la gratitud de la comunidad eclesiástica", aseguró el Papa, que pidió que durante "este momento de gracia y de profunda comunión en Cristo", el Espíritu Santo "despierte en el corazón de tantos jóvenes un amor apasionado en el seguimiento e imitación de Jesucristo casto, pobre y obediente".

LA IGLESIA NECESITA A LOS JÓVENES

El Papa terminó su discursó volviendo a pedir a los jóvenes que no desperdicien su juventud. "No intentéis huir de ella, vividla intensamente, consagradla a las elevadas ideas de la fe y de la solidaridad humana", indicó el Santo Padre a los jóvenes, que no sólo son "el futuro de la Iglesia y de la humanidad, sino el presente joven de la Iglesia y de la humanidad".

"La Iglesia os necesita, como jóvenes, para manifestar al mundo el rostro de Jesucristo, que se dibuja en la comunidad cristiana. Sin el rostro joven la Iglesia se presentaría desfigurada", aseguró el Santo Padre, que dio fin a su mensaje con un guiño a los jóvenes hispanoparlantes y francófonos de América Latina, entre los aplausos entusiasmados de un público que no dejó de aclamarlo en todo momento.