Actualizado 21/12/2006 19:39

Chile.- La Iglesia Católica dice, en su mensaje pastoral de Navidad, que espera que Chile supere sus divisiones

SANTIAGO, 21 Dic. (de la corresponsal de EUROPA PRESS Claudia Riquelme) - La Iglesia Católica chilena expresó hoy su deseo de que el país supere sus divisiones, según consigna el mensaje de Navidad entregado este jueves por la Conferencia Episcopal.

Bajo el título "Navidad: invitados a vivir el don de la paz", el presidente de los obispos chilenos, Alejandro Goic, señaló que "son muchos los acontecimientos alegres y dolorosos que hemos vivido este año en Chile y entre ellos ha habido manifestaciones que denotan enfermedades en el tejido social".

Sin mencionarlo, pero aludiendo a las últimas manifestaciones tras la muerte del ex dictador Augusto Pinochet, el pasado 10 de diciembre, el obispo Goic señaló que "hemos visto comportamientos que no son nobles, situaciones de violencia y agresivas descalificaciones que agrandan las heridas aún no cicatrizadas".

"Al mismo tiempo, constatamos que una inmensa mayoría de chilenos ha vivido con serenidad los acontecimientos más remotos y recientes de este año", dijo.

Agregó que la Iglesia Católica chilena aprecia "la cordura, sensatez, apertura al diálogo y grandeza de muchas autoridades, dirigentes, instituciones civiles y militares, y ciudadanos de todos los sectores que sólo anhelan un país mejor para las nuevas generaciones".

"Un país que crece económicamente pero disminuye en felicidad, es un país que no sabe dónde están las fuentes de su alegría, o que no encamina sus pasos hacia ellas", indicó el prelado.

El mensaje de la Conferencia Episcopal señaló que "para pasar de las cifras a los rostros, traducir los discursos en acciones y convertir los sueños en realidad, es necesaria una pausa, y la próxima celebración del Bicentenario (de la Independencia de Chile, en 2010) puede ser, desde ya, una oportunidad preciosa de encontrarnos cara a cara con aquello que somos y queremos ser. Desde la Iglesia, comprometemos el trabajo de nuestras comunidades para este propósito".

"Pensemos en las causas nobles que unen a los chilenos y en los tantos desafíos que nos interpelan. Pensemos en la situación de nuestros hermanos más pobres y desamparados. Hace dos décadas, cuando nos visitó el Papa Juan Pablo II, los más vulnerables de Chile no podían esperar y, sin embargo, hoy nos duele que nos sigan interpelando", puntualizó el mensaje eclesiástico.