Actualizado 11/03/2006 10:03

Chile.- Lagos, el presidente que podría volver a La Moneda en 2010

Termina su mandato con un 70% de apoyo popular y responderá a la invitación de Koffi Annan para trabajar en la reforma de la ONU


SANTIAGO, 11 Mar. (de la corresponsal de EUROPA PRESS Claudia Riquelme) -

El presidente chileno Ricardo Lagos, quien acaba de cumplir 68 años el pasado 2 de marzo, ha llorado mucho en las últimas semanas, en las que una tras otra se han sucedido las despedidas oficiales, con funcionarios, con trabajadores, estudiantes y ciudadanos de todo el país, con las que termina hoy sábado sus seis años de Gobierno, cuando entregará el mando a su correligionaria, la médico socialista Michelle Bachelet, a quien él mismo propulsó a la fama política al nombrarla ministra de Sanidad y Defensa.

Lagos, quien en varias de esas despedidas ha recibido los gritos de "Lagos 2010", aludiendo a la posibilidad de que se postule de nuevo a la Presidencia una vez terminado el Gobierno de su sucesora, ha sido objeto de decenas de portadas de los diarios y revistas locales. En un hecho inédito, dos estaciones de televisión le dedicaron este miércoles y jueves, conceptuosas biografías.

Y si bien no ha dicho que lo ha pensado y más bien ha dejado entrever la oposición que esa posibilidad de regresar a La Moneda genera en su círculo familiar más íntimo, ha sido claro en asegurar que nadie tiene asegurado qué realizará en el futuro, por lo que, según sus palabras, no descarta ninguna posibilidad. Para esas elecciones, Lagos tendrá 72 años.

No en vano, termina su gobierno, según todas las encuestas de opinión, con casi un 70 por ciento de aprobación popular. Hasta sus más acérrimos detractores en el comienzo de su administración, quienes temían al primer presidente socialista electo en las urnas tras el derrocamiento de Salvador Allende y los posteriores 17 años de dictadura de Augusto Pinochet, celebraron una cena en su honor en la cual agradecieron su gestión en La Moneda.

Lagos, padre de cinco hijos y abuelo de seis nietos, junto a su esposa, Luisa Durán, ya abandonó la amplia casa que arrendó para ejercer como Presidente y regresó a su piso de clase media en una zona no tan acomodada de Santiago, a vivir tal cual lo hacía antes de llegar a La Moneda.

Por estos días ha desarrollado una apretada agenda de actividades y se ha convertido en el primer presidente chileno en haber visitado, sin excepción alguna, las 342 comunas del territorio nacional. Y también en esos lugares, especialmente en las zonas más apartadas de Chile, Lagos volvió a emocionarse hasta las lágrimas al agradecer a los ciudadanos por su apoyo y al señalar que, si bien le quedó mucho por hacer, él y sus funcionarios de gobierno hicieron todo lo posible por entregarse de lleno a los chilenos.

FUTURO INTERNACIONAL

Según ha dicho, después de las ceremonias con las que hoy terminarán sus seis años de gobierno, regresará por unos días a su casa de campo, en la localidad de Caleu, a menos de 100 kilómetros al noreste de Santiago, para descansar junto a su familia.

Sin embargo, ese descanso será breve, pues el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, lo ha convocado como el único latinoamericano que integrará la comisión que revisará los estatutos del organismo multinacional, para proponer una reforma de los mismos.

El próximo 27 de marzo, Lagos viajará a Estocolmo, Suecia, donde asumirá la presidencia del Club de Madrid, agrupación que reúne cerca de 100 ex mandatarios de distintas naciones, entre los que se encuentran Felipe González y José María Aznar, de España; Bill Clinton, de Estados Unidos, y Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, al que Lagos sucede en la presidencia del Club.

El 3 de abril, en tanto, Lagos visitará Suiza, donde ofrecerá una charla a un grupo de banqueros, y en mayo ofrecerá conferencias ante el Fondo Monetario Internacional y el Diálogo Interamericano.

Por otra parte, integrará una comisión de la Organización Mundial de la Salud que estudiará la relación entre algunos fenómenos sociales y las enfermedades que afectan a la humanidad.

En el concierto internacional y regional, Lagos es apreciado, no sólo por haber conducido Chile con mano firme y con apertura al mundo, no sólo por haber reivindicado al socialismo y a la figura del derrocado presidente Salvador Allende. Lagos le dijo "no" al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, sobre la guerra de Irak. Y esa negativa llegó desde La Moneda hasta la Casa Blanca justo cuando Santiago y Washington negociaban un tratado de libre comercio que, aunque tuvo algunas "demoras inexplicables", terminó igual firmado por ambos países.

ÉXITOS Y FRACASOS

Lagos es el presidente chileno que exhibe los mejores indicadores socioeconómicos al terminar su gobierno en los últimos 50 años. Con una economía que funcionó a su favor, precios históricos del principal ingreso nacional, el cobre; y con una férrea disciplina fiscal que permitió al país sortear las crisis económicas mundiales, termina su período presidencial con un Producto Interior Bruto (PIB) del 6 por ciento, una inflación que no supera el 3,7 porciento y un desempleo del 7 por ciento.

Los datos muestran además 5.000 millones de dólares de superávit fiscal y 40.000 millones de dólares en exportaciones de productos nacionales, así como tratados de libre comercio y acuerdos comerciales con 43 países, más los seis que quedaron casi terminados.

En su contra, se cuentan los casi 500.000 chilenos que siguen sin empleo; el alza en los índices de delincuencia y los casos de corrupción que, aunque aislados, amenazaron varias veces con empañar una gestión considerada en Chile y en el exterior como "impecable".

Las denuncias, incluso, afectaron a miembros de su familia, un cuñado, un yerno y un primo, y también hicieron caer no sólo del poder, sino hasta la cárcel, a varios de sus ministros, viceministros y funcionarios de confianza.

Tal como lo dijo Lagos hasta la extenuación cuando era consultado por la prensa, los fallos no se comentaron nunca y se dejó que las instituciones del Estado funcionaran.

LA CONSTITUCION Y PINOCHET

Y también en el plano judicial, Lagos pasará a la historia como el presidente democráticamente electo que logró sacar de la Constitución de la República de Chile no sólo la firma del dictador Augusto Pinochet, sino también los llamados "enclaves autoritarios" que eran considerados símbolos de la transición. Se terminaron los senadores vitalicios y designados, así como la inamovilidad de los comandantes en jefe del Ejército.

En deuda, para el Gobierno de Bachelet, quedó la modificación del sistema electoral binominal, que exluye a las minorías y asegura un Chile dividido en dos, tal como lo mantuvo Pinochet durante 17 años.