Actualizado 08/02/2006 14:22

Chile.- El trabajo infantil en Chile afecta a cerca de 200.000 niños, en su mayoría indígenas, según cifras de la OIT


MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -

En Chile trabajan cerca de 200.000 niños de entre cinco y diecisiete años, la mayoría de los cuales son indígenas de las zonas rurales del país, según un estudio de la Organizacion Internacional del Trabajo (OIT). La escuela es lo primero que abandonan estos niños para decicarse al trabajo.

El último censo de población, realizado en 2002, muestra que la población indígena de Chile alcanza cerca de 700.000 personas, repartidas en su mayor parte, entre los pueblos de Mapuche y los Aymara.

El estudio 'Trabajo Infantil y Pueblos Originarios en Chile', realizado por el Colegio de Profesores de Chile con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), revela como los niños y niñas indígenas de Chile llevan a cabo trabajos pesados durante largas jornadas laborales, lo que provoca "grandes riesgos para su salud" y la proliferación del absentismo escolar.

Según recoge el boletín Comfia de CCOO, el trabajo ha sido realizado con la intención de sensibilizar a la población y tratar de acabar con este tipo de actividades que se desarrollan entre los pueblos Aymara y Mapuche, situados en el norte y en el sur del país, respectivamente.

Los trabajos más habituales entre los niños y niñas son los de recolección, siembra, venta de los productos recogidos y el cuidado del ganado. Además, cuando llegan a la adolescencia pueden desempeñar otro tipo de labores, como la de conducir tractores o utilizar maquinaria pesada.

El estudio está basado en la opinión de los profesores de esas zonas rurales, que al ser conscientes de las obligaciones laborales de los niños y adolescentes que acuden a la escuela, les dan mayores facilidades para poder compaginar ambas ocupaciones, con el objetivo de acabar con el abandono de la escolarización.

Así, en poblaciones como la de Colchane en la zona de Tarapacá (sur) el trabajo infantil "es percibido como un paso de niño a adulto". En la IX Región, el calendario escolar se retrasa hasta que no finaliza la etapa de recolección de piñones, que provoca que los alumnos comiencen las clases con dos meses de retraso.

Por otra parte, la investigación resalta que la prematura entrada en la vida laboral de los menores les expone a "graves riesgos de salud y los conduce a la deserción laboral", lo que provoca que se mantenga la pobreza y la precariedad entre las poblaciones indígenas.

Por último, según se refleja en el estudio, el 86% de los niños dedican entre cuatro y seis horas diarias a "ayudar a la familia" y cerca del 10% tienen que trabajar por la situación de pobreza que viven en su entorno familiar.