Actualizado 11/08/2009 22:20

Chinos más optimistas en economía, pero aún cautos

Por Ben Blanchard

PEKIN (Reuters/EP) - Sun Yuliang es un ejemplo vivo de por qué los altos funcionarios chinos insisten en recordarle a los mercados que la recuperación de la tercera economía mundial aún tiene caminos por recorrer.

Sun pedalea en su bicicleta por las polvorientas calles de Pekín en busca de trabajo en reparación de goteras en los techos, tras sufrir los efectos de una crisis global de la cual conoce muy poco, que se inició lejos pero que ha golpeado fuerte a China.

"No he hecho nada hoy. Hay muchas personas buscando trabajo y no muchos puestos para todos", se quejó Sun, mientras se protegía del intenso calor bajo el alero de una boutique, en la elegante calle comercial de Nanluo Guxiang.

Sun, de 40 años y con la piel oscurecida por los efectos del sol, asegura que retornó a Pekín desde Henan, su pobre y populosa provincia, tras el Año Nuevo Chino meses atrás.

"Tengo más posibilidades de encontrar algo que hacer acá que en mi pueblo en Henan", aseguró.

China reportó el martes una producción fabril e inversiones menores a las estimadas, pero las exportaciones mostraron signos de recuperación y las ventas minoristas suministraron el tipo de fortaleza que complacerá al Gobierno, mientras se hacen esfuerzos por impulsar la demanda interna.

Las cifras indicaron que, en general, mientras el crecimiento se modera luego del segundo trimestre, la recuperación sigue en curso. El Gobierno puede estar confiado en alcanzar su meta de un 8 por ciento de crecimiento para el 2009.

Gracias al plan de estímulo de 4 billones de yuanes (unos 585.000 millones de dólares) concentrados en infraestructura y una cifra récord de préstamos en el primer semestre, principalmente por bancos estatales, sería una sorpresa si la economía no logra alcanzar la meta de crecimiento de un 8 por ciento.

"Estuve muy preocupado por un tiempo hace unos meses", dijo Liu Liang, de 50 años, un pequeño empresario.

"El Gobierno tomó las medidas correctas en el momento preciso. Tengo mucha mayor confianza en nuestra economía ahora", agregó con sus dientes manchados con nicotina.

Más abajo en la calle, la evidencia del estímulo del Gobierno está por todos lados, con excavaciones en las calles para enterrar una maraña de cables de electricidad.

Xi Li no tiene ningún interés en las políticas del Gobierno y asegura que no tiene idea de las políticas adoptadas para asegurar que las personas como él no pierdan sus empleos. Pero a regañadientes admite que se benefician de este sistema.

"¿Ve esos cables? Pronto estarán bajo tierra y harán la vida mejor y más fácil para nosotros, especialmente para los negocios de por aquí. Eso es lo que hace el Gobierno y es una buena cosa", aseguró.