CARACAS, 13 Jul. (Notimérica) -
Tras la emboscada paramilitar a efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), cuando ejecutaban una operación contra el contrabando en la frontera con Colombia, que se llevó a cabo en el sector de San Antonio, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dictó el 19 de agosto de 2015 por primera vez el estado de excepción en diferentes municipios del estado de Táchira, en Venezuela.
Ese día Maduro decretó el cierre de la frontera de 2.200 kilómetros, argumentando que dejarla abierta implicaba un riesgo de seguridad por la presencia de lo que él llamó "paramilitares colombianos", y para frenar el contrabando de productos básicos desde una Venezuela cada vez más golpeada por la escasez.
Como consecuencia, todo colombiano indocumentado fue deportado de Venezuela. Por ello se ha registrado un dramático éxodo de colombianos que abandonan Venezuela con sus pertenencias a cuestas. Según cifras de Migración Colombia, cerca de 2.000 neogranadinos fueron deportados, mientras que más de 10.000 salieron de Venezuela voluntariamente para evitar cualquier motivo de conflicto en sus vidas.
El economista Igerzon Freites, estableció en una conferencia que "debido al flujo de productos formales y legales que se transan en ambas fronteras las consecuencias son de carácter comercial, es decir se verán afectados los eslabones productivos de ambos países en cuanto a los productos que se importan y exportan".
Con el cierre fronterizo, el costo de exportar carbón en Colombia ascendió en 16 dólares por tonelada, ya que el recorrido hacia los puertos colombianos es mucho más largo y el precio del transporte más alto. A pesar de las ayudas del Gobierno de Juan Manuel Santos, que hicieron que ese incremento se redujera a nueve dólares, según cifras del Observatorio Económico de la Cámara de Comercio de Cúcuta (CCC), en Colombia, la exportación de carbón térmico cayó de 120.000 toneladas mensuales a 66.000 y, en pocos meses, a tan solo 4.000.
Los cambistas colombianos también se han visto afectados, ya que vivían de la compraventa de pesos colombianos y bolívares, vieron cómo se esfumaban los billetes. El presidente de la Asociación de Cambistas de Cúcuta, Juan Fernando González, dijo a 'BBC Mundo' que "las operaciones disminuyeron un 80 por ciento".
Como pretendía Maduro, el cierre de la frontera frenó --aunque no del todo-- el contrabando desde Venezuela de combustible, alimentos, artículos de limpieza y tocador y medicinas. Esto ha hecho que los precios se dispararon en Cúcuta, que pasó de ser la ciudad con la inflación más baja de Colombia a ser la que tiene la inflación más alta del país. De acuerdo con la CCC, la acumulada para junio de 2016 era ya de 6,83 por ciento.
BENEFICIO FRONTERIZO
"Sin duda que el cierre de la frontera beneficia a Venezuela, debido que los niveles de contrabando de productos y billetes deberán disminuir, siempre y cuando se cumpla con la medida, y quienes pierden toda esa estructura ilegal instaurada en Cúcuta bajo la mirada cómplice de las autoridades colombianas", aseguró Freites.
Por lo tanto, bajo la opinión del experto, el cierre de la frontera beneficia a Venezuela en cuanto a la disminución del contrabando de productos y billetes.
Por el contrario, según Freites, los perjudicados con esta situación serían los colombianos deportados y los venezolanos cuyos parientes cercanos fueron expatriados; ya que después de años viviendo en Venezuela, de formar familia en este suelo y de ver nacer a sus hijos allí, "han tenido que marcharse y cambiar por completo sus vidas", aseguró el economista.
A pesar de que la frontera entre ambos países fue cerrada por decisión de Maduro, el Gobierno colombiano insiste en que la apertura tiene que ser de mutuo acuerdo y de forma coordinada. "Aquí hay que volver a abrir la frontera del todo", sentenció el presidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta, José Miguel González Campo.