Actualizado 19/09/2016 16:56

Claudia Palacios: "No creo que el proceso de paz en Colombia sea definitivo"

Escritora colombiana Clauda Palacios
NOTIMÉRICA

   BOGOTÁ, 14 Sep. (Notimérica) -

    Periodista y actual directora de noticias en 'Canal Capital', la colombiana Claudia Palacios es la autora del libro 'Perdonar lo imperdonable, Crónicas de una paz posible', un recopilatorio de crónicas de quienes han sido protagonistas del conflicto armado colombiano --ya sea como víctimas o como victimarios-- que han transformado la tragedia en historias de inspiración.

    Relatos que a través de la solidaridad, el arte, el deporte, el amor y otras nobles herramientas, esas víctimas han tenido el heroísmo de renunciar a la venganza. Palacios ha contado a Notimérica el retrato de un país que es mucho más diverso que el universo en el que cada colombiano vive.

    En 'Perdonar lo imperdonable' se concluye que cada ciudadano está llamado a contribuir con la paz, a superar la indiferencia y a enfrentar la impotencia que da vivir en un país con tantas necesidades.

   Pregunta: 'Perdonar lo imperdonable' es un libro de relatos sobre perdón y reconciliación. ¿Cree usted en esa reonciliación tan buscada por Colombia y que parece estar casi conseguida?

   Respuesta: "Creo firmemente en que la reconciliación es posible porque he hablado con muchas víctimas y exvictimarios que ya han hecho reconciliación y creo que todos sus ejemplos, esfuerzos y proyectos deben servir de inspiración para los 48 millones de colombianos que ahora nos enfrentamos a un posconflicto, estemos o no con el acuerdo de paz, ya es una realidad que no se puede echar para atrás. Por ello creo que esas historias son un punto de partida para reconciliarnos, además de que creer que facilitará mucho nuestro proceso de posconflicto".

   P: Todas estas historias y testimonios que ha recopilado, ¿le han hecho cambiar su percepción sobre el conflicto respecto a antes de escribir el libro?

   R: "No. Uno como periodista entiende que la realidad va más allá de algo que es una gente muy mala haciendo cosas a alguien muy buena. Ahí uno entiende que nuestro conflicto tiene una cantidad de matices que no se puede reducir a dos posturas: blanco contra negro, pero cuando alguien está en Colombia cubriendo eso en el día a día y no ha tenido la oportunidad de ver el conflicto desde fuera --que fue lo que a mí me pasó cuando me fui a vivir a Atlanta y estuve ocho años allí trabajando en 'CNN' en español--, no eres capaz de encontrar una mirada distinta a la cobertura de la guerra.

   Cuando llegué no sabía quienes tenían razón y me puse a hablar con una gran cantidad de organizaciones, fundaciones, ONG's internacionales y estamentos gubernamentales que estaban trabajando en los temas de violencia del conflicto de paz. En ese momento encontré la respuesta a la pregunta: todos tienen razón. Tienen razón los que creen que no hay otra solución que la de que es el momento y tiene razón también los que creen que hay que seguir dando 'bala' hasta arrinconar más a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para después hacer una negociación.

   P: Después de todos los acuerdos de paz que ha habido, ¿cree que este es el definitivo, el que dará la paz a Colombia?

   R: No, no es el definitivo, nosotros tenemos otra guerrilla que se llama Ejército de Liberación Nacional (ELN) que no ha aceptado el proceso. Yo creo que en todos los procesos de paz siempre hay una parte de los que estaban al margen de la ley que deciden no desmovilizarse, que están interesados en el negocio del narcotráfico y encuentran más rentable seguir a pesar de los riesgos y seguir en la ilegalidad que aprovechar un camino para hacer política. Creo que va a haber unos remanentes de las FARC que van a seguir delinquiendo, pero ya no como una guerrilla con una ideología que se ha ido perdiendo desde hace muchos años, sino como una banda criminal.

Ese va a ser un desafío muy grande, pero, por otra parte, en Colombia no se va a acabar el conflicto hasta que nosotros tengamos la posibilidad de darle las mismas condiciones y oportunidades a todos los colombianos. Nadie entra a la guerra porque es malo".

   P: ¿Destacaría algún testimonio como el que más le ha impactado?

   R: "Yo no puedo escoger una historia porque cuando yo empecé a escribir este libro encontré historias por cientos. ¿Cómo es posible que en un país en conflicto las historias de paz no sean noticia cuando son precisamente lo raro, lo inusual? He conocido historias como la de una madre que en el momento en el que se da cuenta que ha estado curándole las heridas al asesino de su hijo que acaba de enterrar hace dos semanas, en vez de aprovechar la oportunidad que tenía para matarlo, decidió curarle las heridas".

   P: ¿Qué votarán los colombianos el día 2 de octubre en el Plebiscito por la Paz?

R: "Como ocurrió con el Brexit en Gran Bretaña, donde las encuestas no apuntaban al resultado que se dió finalmente, en Colombia las encuestas del último mes y medio han dado una ventaja cada vez un poco mayor al 'sí', por ello, si nos quedamos con lo que dicen las encuestas nos quedaríamos con el 'sí'. Pero yo no creo que esté cien por cien cantado ni garantizado. He visto que hay muchas personas que aunque no están de acuerdo con darle una cantidad de beneficios a la guerrilla, piensan que esto es menos peor que volver a lo que había.

   Conozco a mucha gente que no quiere que las FARC hagan política y les parece terrible ver a Timochenko en el Congreso, pero a final de cuentas es mejor a que sigan ordenando secuestros y matanzas y que nosotros no le heredemos a nuestros hijos un problema que no pudimos resolver en esta ni en anteriores generaciones".

P: ¿Piensa que la situación mejorará si el pueblo vota 'Sí'?

R: "No tengo duda de eso a pesar de las posiblidades de que no acabe cien por cien la generación de violencia de quienes han pertenecido a las FARC. Nosotros no tenemos las tasas de homicidios que teníamos hace cuatro años, tenemos menos, además hay otros desafíos más grandes que las FARC, en términos de generadores de violencia, el 97 por ciento de los homicidios en Colombia no los causan ni las FARC ni el ELN, sino las riñas callejeras, la violencia intrafamiliar es la madre de todas las violencias que se generan y sobre las que no estamos haciendo ningún proceso de paz y que mata a mucha más gente".

    P: ¿Cree que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) podría seguir los pasos de las FARC e ir hacia un posible acuerdo de paz?

R: El ELN es una guerrilla distinta en cuanto a lo ideológico y mucho más pequeña, son cerca de 2.000 miembros. Sin embargo, ellos han sido siempre los más difíciles con los cuales negociar. Los gobiernos anteriores ya trataron de negociar con las guerrillas juntas, hubo una época que existía la coordinadora guerrillera que unía a las FARC, al ELN, el Ejército Popular de Liberación (EPL), que se desmovilizó, además de otras guerrillas pequeñas, y siempre el ELN ha sido más radical en sus postulados filosóficos.

   Creo que ellos perdieron una gran oportunidad para montarse en el tren de la negociación oportunamente creo que la petición del Gobierno de que liberen a los secuestrados para negociar y que ellos no lo hayan hecho, es una muestra de que aún están solo en la Colombia de las regiones más apartadas donde ellos han sido el estado, pero de que no comprenden la Colombia urbana y la de las clases medias y altas, ni que el país tiene una institucionalidad que, a pesar de sus falencias, debe ser respetada".

P: Usted también es periodista ¿le parece que los medios de comunicación dan una cobertura real de lo que sucede en Colombia con las guerrillas?

R: "Creo que los medios no podemos hablar desde los escritorios, debemos ir a los sitios, hablar con las comunidades, con las víctimas, los victimarios, encontrar qué ha pasado con otros procesos de paz. En el Gobierno del expresidente Álvaro Uribe hubo un proceso para desmovilizar paramilitares, en el que desmovilizaron 30.000 personas, de las cuales el 75 por ciento está hoy en día aprovechando la segunda oportunidad, viviendo como ciudadanos decentes y el 25 por ciento se convirtieron en bandas criminales o sigue delinquiendo de alguna manera.

   Creo que es importante que los medios demos esa mirada amplia de lo que significa el desafío, en un país que es uno de los más inequitativos del mundo, tomando la decisión de hacer la paz. No es lo mismo hacer un proceso de paz en España, o en otros países con otro tipo de economía, de sociedad o en otro momento de su desarrollo donde la justicia funciona de una manera distinta.

   En Colombia se necesita esa justicia transicional para que las víctimas conozcan la verdad. Ellas ya han sacrificado justicia y reparación: Al menos saber la verdad, como dónde están los restos de sus familiares, es darle a la víctima lo que más le importa".