Actualizado 21/10/2009 05:09

Colombia.- La ciudad de Medellín duplica el nivel de homicidios ante una nueva oleada de violencia por narcotráfico

MEDELLIN (COLOMBIA) 21 (Reuters/EP)

Tras una fuerte caída del nivel de delincuencia en los últimos años que despertó esperanzas de paz en la ciudad colombiana de Medellín, ciudad que fue sede del cartel de la cocaína más grande del mundo, este martes se conoció que la tasa de homicidio local en los barrios más pobres de la ciudad se ha duplicado desde 2008.

El auge del índice de violencia en los últimos meses coincide con la extradición del ex inspector y jefe de un frente de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en Medellín, Diego Fernando Murillo, alias Don Berna, que dejó un vacío de poder en el mundo del narcotráfico y las extorsiones.

"Con el patrón nosotros teníamos apoyo, no sólo económico sino también de tin tin (...) de armitas", precisó a Reuters un delincuente en condición del anonimato. "La única diferencia ahora es esa, que no hay patrocinio, entonces lo tenemos que buscar uno mismo, ¿cómo? delinquiendo hermano. Todo cambio genera pérdidas (muertes)", comentó.

La lucha por el control de las estrechas calles la disputan decenas de nuevas bandas dirigidas por antiguos combatientes de grupos paramilitares de ultraderecha que se desmovilizaron y entregaron las armas en un acuerdo de paz con el Gobierno.

La situación pone de manifiesto deficiencias en la estrategia de seguridad del presidente colombiano, Álvaro Uribe, quien sustenta su alta popularidad en la ofensiva contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y otros grupos armados que ha permitido reducir la violencia.

MÁS DE 1.500 ASESINATOS

La euforia inicial sobre el proceso de paz con los escuadrones paramilitares no ha durado en Medellín, ciudad natal de Uribe, donde la oficina forense local ha registrado más de 1.500 asesinatos en los que va del año, más del doble que en el mismo período de 2008.

Las escenas de crimen parecen el guión de una película policial, sobre todo en los barrios pobres ubicados a poca distancia de las zonas ricas que aún atrae las inversiones de los constructores y no han sido tocadas por el caos.

El jefe de una banda recién nacida formada por nuevos reclutas, dijo en condición de anonimato que como las rutas de contrabando internacional son vigiladas por medidas más estrictas de interdicción, los traficantes cada vez más venden drogas a consumidores locales.

"Claro no hay para donde mandarla (la droga), entonces consumámosla. Todo está muy cerrado, no hay por donde, a vos te cogen (arrestan) allí en la esquina y ya (...) entonces no hermano, hagamos de la plaza la plaza", explicó con su particular vocabulario.