Actualizado 26/09/2010 20:23

Colombia.- Un policía infiltrado durante dos años en las FARC fue la clave de la operación que acabó con el 'Mono Jojoy'


BOGOTÁ, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -

Un sargento de la Policía colombiana infiltrado durante dos años entre los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue la clave del operativo del Ejército colombiano contra el campamento de La Macarena en el que murió el pasado jueves el comandante militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Víctor Julio Suárez, alias 'Mono Jojoy', y una veintena de guerrilleros más.

La información suministrada por el espía, cuya identidad se desconoce, fue determinante para un desenlace que hubo de esperar dos años y tres meses antes de producirse, si bien las preparaciones de la 'Operación Sodoma' del pasado jueves arrancaron hace un mes. Tan sólo diez mandos del Ejército, además del presidente colombiano, Juan Manuel Santos y del ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, estaban al tanto de la operación, informa el diario colombiano 'El Tiempo'.

Fue cuando el infiltrado recibió la orden de la guerrilla de custodiar el tercer anillo de seguridad del búnker del 'Mono Jojoy' cuando se precipitó la operación.

"Duraba meses sin salir del área, pero cada vez que podía se acercaba a la fachada y entregaba la información", relata uno de los oficiales de Inteligencia, que precisó que lo más cerca que estuvo del 'Mono' fue a 9 kilómetros de distancia.

Mientras estuvo infiltrado, el sargento policial fue el guerrillero 'Embo', Estado Mayor del Bloque Oriental de las FARC, "uniformado y con arma, pero no le tocó enfrentar a las tropas", según fuentes de la Policía.

'Embo' entabló una relación de amistad con una guerrillera establecida en el segundo anillo de seguridad del 'Mono', a la que sonsacaba información y que de hecho fue la clave, sin saberlo, para dar la señal de arranque del operativo. "Ella le contó que iba para el campamento grande, el que tenía el búnker de concreto. Esa fue la señal", señalan los superiores del infiltrado.

Cuando el espía tuvo esa información en su poder, tal como estaba previsto, simuló padecer una intoxicación para que lo trasladaran del campamento a una población cercana. Allí, diez días antes del ataque, fue donde se lo comunicó a sus enlaces de la Policía, que le rescataron de inmediato.

Por otro lado, las mismas fuentes policiales aseguraron que la Inteligencia colombiana no usó localizadores por satélites, sino que se bastaron con la información del espía y las fuerzas Aérea y del Ejército. "Con los datos que él dio, por las referencias geográficas y con inteligencia técnica aérea se ubicó el objetivo".

El máximo jefe militar de las FARC contaba con un impresionante aparato de seguridad que, paradójicamente, precipitó su caída. Los más de 1.000 hombres que le custodiaban ralentizaban sus movimientos. Él mismo era consciente de que tales movilizaciones masivas podrían alertar a la Inteligencia colombiana. Por ello, se refugiaba durante semanas en búnkeres dispersos.