BOGOTÁ, 25 Jul. (EP/AP) -
El proceso de la paz del Gobierno de Colombia con los paramilitares de extrema derecha entró de nuevo en crisis el martes después de que los señores de la guerra jurasen que dejarían de cooperar con los fiscales que investigan su involucración en algunas de las peores masacres de civiles ocurridas en el país.
Con esta decisión, los paramilitares pretenden protestar por el fallo emitido por el Tribunal Supremo en el que establecía que un antiguo paramilitar que luchaba en el Estado de Antioquía no tenía derecho a recibir beneficios especiales como ex combatiente subversivo.
El cambio de postura de los paramilitares es el último golpe sufrido por el frágil acuerdo de paz, firmado en 2003, que ha logrado el desarme de unos 31.000 hombres pero que ha sido incapaz de garantizar indemnizaciones a las víctimas y de conseguir las confesiones de los cerca de 60 paramilitares encarcelados.