BOGOTÁ, 25 Mar. (Reuters/EP) -
Tres líderes campesinos que promovían la devolución de tierras en manos de paramilitares han sido asesinados el jueves en los departamentos de Antioquia y Bolívar, ubicados ambos en el norte de Colombia, en un nuevo golpe a la política agrícola del Gobierno de Juan Manuel Santos.
Una de las víctimas es David de Jesús Gómez, de 70 años, que recibió un disparo mientras caminaba por la ciudad de Medellín, capital de Antioquia. La identidad de las otras dos no ha trascendido, aunque se sabe que fueron abatidas en el municipio de San José de Apartadó, también en Antioquia, y en el de San Jacinto, en Bolívar.
El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, ha lamentado estos crímenes, al tiempo que ha advertido a los grupos armados de que estas acciones no frenarán el programa de devolución de tierras a los miles de desplazados por el conflicto interno, que dura ya más de medio siglo.
"El Gobierno no va a permitir de ninguna manera que unos cuantos violentos vayan a pretender, con hechos de sangre, interferir o ponerle palos en la rueda a una política de gran aliento social que es hacer todo lo posible para que cerca de 500.000 familias, a quienes les arrebataron a sangre y fuego las tierras, las puedan recuperar ahora", ha declarado ante la prensa.
El Gobierno busca devolver más de 312.000 hectáreas de tierras a familias campesinas desplazadas por la violencia de guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes, como parte de un plan dirigido a mejorar la calidad de vida de los agricultores y la producción. Es uno de los proyectos políticos más ambiciosos del presidente.
Según cifras de los grupos de Derechos Humanos, el conflicto armado ha dejado más de cuatro millones de desplazados a nivel interno en las últimas dos décadas, la mayoría de los cuales dejó sus propiedades abandonadas en zonas aptas para la agricultura. Estos terrenos quedaron en manos de los grupos armados y sus frutos les sirven de financiación.