Actualizado 04/10/2010 23:54

Rousseff y Serra pelearán por los "votos verdes"

La candidata presidencial del PT, Dilma Rousseff, y el del PSDB, José Serra, en
AGENCIA BRASIL/EP


BRASILIA, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -

Al no alcanzar los votos necesarios para proclamarse vencedora de los comicios presidenciales de este domingo, la candidata del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, se batirá con el aspirante del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), José Serra, en una segunda vuelta donde ambos lucharán por conseguir el apoyo del Partido Verde (PV) de Marina Silva.

Tal y como pronosticaron los sondeos sobre intención de voto, Rousseff se proclamó vencedora de la primera vuelta de las elecciones presidenciales con un 46,68 por ciento de los votos, un porcentaje inferior al 50 por ciento que habría necesitado para alzarse con la victoria.

Por su parte, Serra se adjudicó el 32,70 por ciento de las papeletas, acortando así la distancia de 20 puntos a la que las últimas encuestas le situaban respecto a la candidata oficialista. Sin embargo, todavía les separan 14 puntos que el ex gobernador de Sao Paulo deberá intentar recortar con nuevos apoyos.

Mientras, Silva quedó en tercer lugar con un 19,46 por ciento de los votos que hicieron resurgir a la 'oleada verde' a pesar de que no consiguió los apoyos suficientes para continuar en la pugna electoral. Sin embargo, la militancia del PT será decisiva en la segunda vuelta de los comicios.

Conocedora de ello, Silva ya ha anunciado que esta semana comparecerá públicamente para "dar instrucciones" a su electorado de cara a la segunda ronda de votaciones, que se celebrará el próximo 31 de octubre, tras una reunión con la ejecutiva de su partido en la que decidirá por que candidato se decanta.

A este respecto, Serra manifestó su confianza en que Silva respaldará su candidatura y en que se produzca un "acercamiento" entre ambas formaciones, como ocurrió durante sus años como gobernador del estado de Sao Paulo. "Hay elementos de aproximación", aseguró el candidato quien indicó que tiene "lazos de amistad" con algunos de los líderes del PV.

A LA CAZA DE VOTOS

Ambos aspirantes a la Presidencia deberán buscar apoyos más allá de los 19 millones de votantes de los verdes, por lo que tanto Rousseff como Serra han diseñado una nueva estrategia electoral orientada a los nichos de votantes que este domingo se mostraron impermeables a sus mensajes.

La política del PT ya ha anunciado la celebración de un acto al que acudirán varios de los gobernadores, diputados y senadores que resultaron electos en los pasados comicios, entre ellos, la legisladora Manuela D'Avila, quien posee un gran tirón entre los más jóvenes.

Además, Rousseff se reunirá con representantes de las distintas iglesias con presencia en Brasil con el fin de atraer a los electores cristianos que en las últimas semanas se han alejado de la propuesta de la candidata después de que ésta manifestara su intención de despenalizar el aborto en el país.

Esta cuestión ha alcanzado tales dimensiones en el marco de la campaña electoral que Gilberto Carvalho, un alto asesor del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, consideró que Rousseff "debería haberse reunido antes" con los líderes religiosos para rebajar el impacto de sus declaraciones. "Subestimamos los rumores", dijo el consejero.

No obstante, la "ahijada" de Lula cuenta con una de las bazas más importantes: el absoluto respaldo del presidente a su candidatura y la enorme popularidad de éste que se despide del cargo con índices cercanos al 80 por ciento.

Los logros obtenidos por el Gobierno de Lula, del que Rousseff formó parte como ministra de Energía y jefa de Gabinete, acreditan su valía después de ocho años en los que esta administración ha sacado de la pobreza a 20 millones de personas que se han incorporado a una incipiente clase media.

La gestión de Lula ha permitido un espectacular avance económico en el país hasta convertirla en la octava potencia del mundo, así como situarla en primera línea de la política internacional como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

En el caso de Serra, su principal caballo de batalla de cara a este balotaje será deshacerse de la imagen de político elitista que se ha forjado entre los electorales, debido a su participación en la oleada de privatizaciones promovida por la administración de Fernando Henrique Cardoso.

VICTORIA EN EL SENADO

Más allá de la carrera hacia la Presidencia, los comicios de este domingo sirvieron también para renovar dos tercios del Senado brasileño con una nueva configuración sumamente ventajosa para un eventual Gobierno de Rousseff, con ascensos en todas las fuerzas cercanas al oficialismo y caídas significativas entre los Demócratas (DEM) y el PSDB.

El DEM pasa de 13 representantes a sólo seis, mientras que el PSDB desciende de 14 a 11 senadores. En cambio, las formaciones partidarias del Gobierno subieron, en un escenario en el que el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) seguirá siendo la mayor fuerza de la cámara, al pasar de 17 a 20 senadores. Además, podría lograr un legislador más si el Tribunal Supremo Federal falla a favor de Jader Barbalho, cuya candidatura fue impugnada por el Tribunal Superior Electoral.

Proporcionalmente, el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido Progresista (PP) fueron los que más crecieron, y este último logro pasar de uno a cinco senadores. Por su parte, el PT dispondrá a partir de febrero de 14 legisladores y se convertirá en la segunda fuerza política de la cámara.

El Partido Popular Socialista (PPS), el Partido de la Movilización Nacional (PMN), el Partido Republicano Brasileño (PRB) y el Partido Social Cristiano (PSC) tendrán un representante cada uno, mientras que el Partido Socialista Brasileño verá aumentada su presencia de dos a tres senadores. Otros dos legisladores defenderán en el Senado la tesis del Partido Socialista y Libertad (P-SOL).

El Partido Democrático Laborista (PDT) pierde a dos de sus senadores y se queda con cuatro, al igual que ha visto reducir su bancada el Partido Laborista Brasileño (PTB), que pasa de siete a seis.

NUEVO MAPA

Así, el mapa nacional quedó también trastocado después de estas votaciones en las que el partido gobernante se adjudicó 18 de los 26 estados en juego, frente a los ocho del PSDB y la sorpresiva escalada en la tabla del PV que ganó el Distrito Federal y se posicionó como segunda fuerza política en cinco estados.

El PT resultó victorioso en Alagoas, Amapá, Amazonas, Bahía, Ceará, Espírito Santo, Goiás, Maranhao, Minas Gerais, Paraiba, Pará, Pernambuco, Piauí, Río de Janeiro, Río Grande, Río Grande del Sur, Sergipe y Tocantins. El PSDB se apuntó los estados de Acre, Mato Grosso, Mato Grosso del Sur, Paraná, Rondonia, Roraima, Santa Catarina y Sao Paulo. Mientras que los verdes se convirtieron en primera fuerza de la oposición en Acre, Amapá, Amazonas, Pernambuco y Río de Janeiro.