Actualizado 20/10/2006 19:45

Crónica Colombia.-Uribe suspende contactos con FARC para el acuerdo humanitario y ordena rescate militar de secuestrados

La madre de Ingrid Betancourt condena la decisión del presidente ya que supone la "condena a muerte" de sus familiares secuestrados


BOGOTA, 20 Oct. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, ha suspendido todos los acercamientos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para el 'intercambio humanitario' de guerrilleros encarcelados por civiles y militares secuestrados, y ordenó al Ejército fortalecer las operaciones militares para su rescate. La decisión ha sido tomada 24 horas después del atentado de ayer en la Universidad Militar Nueva Granada de Bogotá, que atribuyó a los jefes de la guerrilla.

"El único camino que nos queda es el rescate militar de los secuestrados. No puede seguir la farsa del intercambio humanitario como lo han planteado las FARC, y en consecuencia, reitero, el único camino que queda es el rescate militar", precisó Uribe en un discurso al país pronunciado en el mismo lugar donde ayer estalló el coche bomba, que dejó una veintena de heridos.

Durante su intervención, el presidente acusó a las FARC de estar detrás del atentado, motivo por el que ordenó a las Fuerzas Militares enfrentar frontalmente a la cúpula del grupo. "Debemos poner toda la intensidad en la operación y la inteligencia para rescatar a los secuestrados (...) Ya es hora de ir eficazmente detrás de todos los cabecillas (de las FARC)", añadió.

Así, anunció su decisión de revocar la autorización al Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, para reunirse con las FARC en busca de una zona de encuentro, "mientras persistan estas acciones terroristas". Las FARC "trafican con el dolor de los familiares de los secuestrados, en busca de una zona de despeje (desmilitarizada) para recuperar su capacidad terrorista", añadió.

El Gobierno y las FARC venían realizando contactos para concretar el intercambio humanitario. De hecho, la guerrilla había propuesto canjear a 58 de sus rehenes por unos 500 de sus militantes que están en distintas cárceles del país, para lo cual exigían al presidente Uribe la desmilitarización de los municipios de Florida y Pradera, en el departamento de Valle del Cauca.

Entre los secuestrados se encuentran la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, tres civiles estadounidenses y decenas de militares, policías y políticos. Por su parte, las FARC incluyen en la lista de guerrilleros presos a ser liberados, a dos comandantes extraditados a Estados Unidos acusados de narcotráfico.

RECHAZO GENERALIZADO

La decisión de Uribe ha recibido un rechazo generalizado desde distintos sectores del país. El ex presidente de la República Alfonso López Michelsen se mostró "preocupado" por el anuncio de Uribe, tras recordar el "desenlace fatal" que tuvo el intento de rescate por la fuerza del gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria y el asesor de paz de Antioquia Gilberto Echeverry Correa.

"Habría que analizar qué elementos de juicio tuvo el presidente para dar este viraje tan radical en el proceso con las FARC y hay que tener en cuenta a los enemigos del Gobierno que quieren que se vuelva al camino de la fuerza y se rompa con el diálogo", advirtió el ex presidente.

Por su parte, el también ex presidente Ernesto Samper consideró que si bien queda claro que las FARC tienen presos políticos, Uribe tiene la obligación constitucional de velar por la vida y la libertad de los secuestrados. "Entre más atentados, mayor obligación moral de humanizar la guerra", indicó, tras calificar de "erróneo" pensar que la política de seguridad democrática descarta el acuerdo humanitario.

De acuerdo con el ex presidente "todas esas medidas que se buscan para lograr un acuerdo humanitario no se pueden interpretar como espacios políticos que le cede una parte a la otra, porque así nunca se puede hacer una acuerdo humanitario. "Los únicos que perdieron con el discurso de Uribe son los 60 secuestrados que esperaban volver antes de diciembre a sus casas", añadió.

"CONDENA A MUERTE"

Otra de las voces críticas ha sido de Yolanda Pulecio, madre de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, en poder de las FARC desde febrero de 2002, para quien la decisión de Uribe de buscar el rescate "a sangre y fuego" de los secuestrados es "una condena a muerte" de sus familiares.

Mientras, el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Fabián Marulanda, reconoció que le causó "sorpresa" el anuncio del presidente, pero estimó que es "humano" dado el dolor que le causó el atentado de ayer, aunque dijo que es igualmente humano y que Uribe puede en cualquier momento rectificar.

El presidente del Partido de la U, el senador Luis Guillermo Vélez, deploró el anuncio presidencial del rescate militar por la fuerza y la ruptura de los acercamientos, aunque confió en que Uribe rectifique. "Siempre ha dicho que abre espacios al intercambio pero que donde se vea vulnerada la seguridad democrática volverá atrás y eso fue lo que hizo justamente", subrayó.

Por otro lado, la presidenta de Asfamipaz, Marleny Orjuela, rechazó el rescate por la fuerza de los secuestrados, y auguró que será un "fracaso total", recordando también la muerte del ex gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria y del ex ministro de Defensa Gilberto Echeverry Mejía.

Las críticas también han llegado del senador Gustavo Petro, portavoz de Polo Democrático, quien está convencido de que Uribe nunca ha querido liberar pacíficamente a los secuestrados. "El presidente no tiene ningún derecho para jugar con la vida de los secuestrados, porque tienen derechos fundamentales que se deben preservar", recordó.

Desde el Partido Liberal también se calificó de "pésima noticia" la ruptura de los diálogos, según su portavoz, el senador Juan Fernando Cristo, quien sin embargo reconoció que es "comprensible" la reacción del presidente. "Quienes cometieron el atentado, se tiraron las posibilidades de un acuerdo humanitario".