Actualizado 05/07/2007 16:34

Crónica UE/Brasil.- Lula reclama a los países ricos que no fijen barreras para la importación de biocombustible

La CE afirma que la UE no puede producir de forma sostenible todo el que necesita para alcanzar el objetivo del 10% en 2020


BRUSELAS, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reclamó hoy la apertura de los mercados de los países ricos para la importación de biocombustibles desde los países productores, un ámbito en el que el suyo es líder mundial, y les instó a no poner barreras comerciales como impuestos "onerosos" que no tienen que pagar otras formas de energía.

Lula fue el orador estrella de la Conferencia Internacional sobre Biocombustibles que organizó este jueves la Comisión Europea. Allí hizo un rotundo alegato a favor del biocombustible como alternativa a los combustibles fósiles pero también como factor para luchar no sólo contra el cambio climático sino también contra la "pobreza" y la "miseria" en muchos países en desarrollo de África, América Latina y Caribe. "Los biocombustibles son una oportunidad histórica para crear un mundo prospero, solidario y justo", aseguró.

Intervino junto al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el primer ministro de Portugal y presidente de turno de la UE, José Sócrates, y ante expertos, investigadores, empresas y organizaciones no gubernamentales interesadas en este sector.

Lula instó a las economías más desarrolladas del mundo a que "den indicios" a la industria de que los biocombustibles figuran como "prioridad" en sus agendas políticas para que realicen las necesarias inversiones.

Estimó, sin embargo, que el compromiso que muchos de estos gobiernos han mostrado con el uso de energías renovables y la lucha contra el cambio climático no es compatible con la fijación de barreras comerciales para la importación a sus mercados de estos productos.

"Es indispensable que los gobiernos den indicios al sector privado de que (éste) es un eje político prioritario", dijo y añadió que "los mismos gobiernos que están comprometidos con el desarrollo sostenible y con la lucha contra el cambio climático no pueden presentar reparos para los biocarburantes".

"No se puede gravar las importaciones (de este tipo de productos) con aranceles onerosos que no se aplican al petróleo", dijo.

EXPERIENCIA BRASILEÑA

Lula presentó algunos de los resultados que ha registrado Brasil en los últimos 30 años gracias a su apuesta por la producción de etanol y biocarburantes. En este tiempo, enumeró, se redujo en un 40% el consumo y dependencia de combustibles fósiles importados; se crearon "más de seis millones" de puestos de trabajo, incluido para "pequeños agricultores de regiones desfavorecidas"; se ha generado riqueza que ha evitado el "éxodo rural y el crecimiento masivo y desordenado de las ciudades", y el etanol se encuentra ya mezclado en la gasolina en una proporción del 25%.

Al hilo de este argumento, el presidente brasileño rechazó las acusaciones que se hacen contra la producción de biocombustibles, particularmente en su país, y que aluden a la disminución por este motivo de las superficies dedicadas al cultivo de alimentos o a la deforestación del Amazonas.

Lula empezó señalando que "todos sabemos que en el mundo no hay escasez de alimentos, sino de ingresos para acceder a estos alimentos" y aludió acto seguido a los "grandes subsidios de los países ricos, que falsean y amenazan la producción de alimentos". Junto a las "barreras al acceso a los mercados", es uno de los elementos que "estamos intentando superar en la Ronda de Desarrollo de Doha", dijo.

Por lo que respecta a los biocarburantes, calificó de "incorrecta la oposición entre la agricultura para producción de alimentos y la producción de energía" y añadió que en Brasil "el hambre se reduce al mismo tiempo que aumenta la producción de biocombustible".

Según dijo, "el cultivo de caña de azúcar no ha desplazado la producción de alimentos", ya que en Brasil el primero solo copa el 10% del área cultivable, que representa "menos del 0,4% del territorio de Brasil" y en zonas, precisó, que se encuentran "a gran distancia del Amazonas, una región que no se presta al cultivo de caña".

En este punto y ante Barroso y Sócrates, Lula ironizó que "si el Amazonas fuera importante para plantar caña, los portugueses que introdujeron este cultivo hace tantos años ya lo habrían hecho".

Por otra parte, el presidente brasileño defendió que la producción de biocombustibles "democratizará" el acceso a un sector energético en el que actualmente se da un "desequilibrio inquietante", consistente en que sólo 20 países producen energía para 200. El cambio supondrá que "más de 100" se convertirán en proveedores de energía.

BIOCOMBUSTIBLES EN LA UE A la diversificación de fuentes de energía también hicieron alusión los cuatro miembros de la Comisión Europea que intervinieron antes que Lula en la Conferencia Internacional: su presidente, Barroso, y los comisarios de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner; de Comercio, Peter Mandelson, y de Energía, Andris Piebalgs.

Todos ellos insistieron en la gran dependencia que tiene la UE en la actualidad de los combustibles fósiles y de las importaciones desde países terceros y se felicitaron de los objetivos que acordaron los Estados miembros en la pasada Cumbre de Primavera para que el 20% de la energía que se emplee en 2020 provenga de fuentes alternativas y el 10% del combustible para el transporte sea biocombustible.

También fue notable el hincapié que hicieron todos ellos en la necesidad de desarrollar la "segunda generación" de biocarburantes y en la advertencia de que la producción a gran escala puede convertirse en un peligro ecológico como el que se pretende evitar con los combustibles fósiles.

En este sentido, Mandelson advirtió que los combustibles fósiles no son la "panacea" y descartó que la UE sea capaz de producir de manera sostenible todo el biocombustible que necesita para alcanzar el objetivo del 10% en 2020.

"Europa tiene que estar abierta a importar gran parte del biocombustible", dijo y añadió que "no podemos favorecer la producción europea de biocombustible si se puede importar más barato y más limpio". "El nacionalismo en materia de recursos no nos sirve", afirmó.

Aventuró que los países en vías de desarrollo "pueden ganar" con la expansión de los biocombustibles e insistió en la idea de que "en la UE tenemos que tener en cuenta nuestra realidad medioambiental, no podemos aceptar que el etanol se produzca de manera sistemáticamente quemando terreno".

Barroso apuntaló esta idea al señalar que si la UE lograr el objetivo del 10% "tendremos que recurrir a terceros países", aunque no será a cualquier precio. Según dijo, el Ejecutivo comunitario que preside está trabajando en la creación de un "mecanismo riguroso de sostenibilidad" en el que podrán participar "todos los actores comerciales" para hacer un mercado "creíble y sostenible".

En virtud de este instrumento se fijarán una serie de criterios ligados a modos sostenibles de producción que tendrán que cumplir tanto la UE como otros países para que se utilice determinado combustible en la búsqueda del objetivo del 10%. "El sistema no va a plantear barreras al comercio o distorsiones a los competidores", advirtió sin embargo.