MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
Elián González, el conocido "niño balsero" que hace once años se sobrevivió a un naufragio en las costas de Florida, cumplió el martes 18 años y pidió a Estados Unidos el mismo deseo que el resto de sus compatriotas: la liberación de 'los cinco' cubanos condenados hace trece años por delitos relacionados con espionaje.
"Seré completamente feliz el día en que pueda celebrar mi cumpleaños junto a mi familia y a 'los cinco'", expresó Elián, citado por la agencia oficial AIN, al concluir una manifestación por la liberación de los 'antiterroristas' realizada en su ciudad natal de Cárdenas (oeste).
Elián, ahora casi un hombre, pudo conversar por teléfono con René González, uno de 'los cinco' que fue liberado el pasado octubre tras cumplir una condena de 13 años, pero que no ha podido regresar a Cuba con su familia porque deberá pasar los próximos tres años en Miami bajo el régimen de libertad vigilada. "Me deseó un feliz cumpleaños", comentó.
El caso de Elián González provocó un revuelo a finales de 1999 cuando, con casi seis años de edad, fue hallado en aguas estadounidenses flotando en un neumático después de que su madre y otros familiares perecieran en su intento por llegar ilegalmente a Florida.
Miguel González, padre del bautizado "pequeño balsero", comenzó a reclamarlo desde Cuba alegando que su madre se lo llevó sin su consentimiento. Desde entonces comenzó a gestarse un conflicto que terminó por afectar aún más las ya deterioradas relaciones entre Washington y La Habana.
Su familia en Miami, con el apoyo de la comunidad cubana en el exilio, emprendió un litigio legal sin precedentes --acompañado de masivas movilizaciones-- para evitar que el niño fuese llevado a Cuba. Sin embargo, en junio de 2008 el niño regresa a La Habana con su padre después de que Washington aprobara su viaje.
En el año 2008, Elián ingresa a las Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba y comienza a participar en actos oficiales, como las manifestaciones por la excarcelación de los cinco cubanos que fueron detenidos en 1998 en Estados Unidos y condenados penas de hasta cadena perpetua, por delitos de espionaje.
El Gobierno de Raúl Castro insiste en que estos cinco hombres no estaban espiando a las autoridades norteamericanas, sino investigando los planes terroristas que estarían planificando las organizaciones de cubanos anticastristas radicadas en Estados Unidos.