Actualizado 21/02/2012 13:58

Cuba insta a España a no entrometerse en asuntos de la isla

MADRID, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno cubano ha instado este martes al Ejecutivo de Mariano Rajoy a solucionar los "graves problemas" que atraviesa España, entre ellos la crisis económica y el paro, y a no entrometerse en los "asuntos internos" de la isla a raíz de unas declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo.

El viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Dagoberto Rodríguez, ha considerado que las declaraciones del ministro español sobre Cuba en una reciente entrevista al diario 'El Mundo' son "irrespetuosas e injerencistas sobre los Derechos Humanos y el estado de derecho en Cuba".

"No es en Cuba donde están los admiradores de Franco. Es mejor que mire a su alrededor", ha señalado el viceministro cubano en declaraciones recogidas por los medios estatales de la isla.

El Gobierno de Raúl Castro ha manifestado, a través de Rodríguez, su "más enérgico rechazo a esas declaraciones que constituyen una nueva intromisión en los asuntos internos cubanos".

"El ministro español debe recordar que somos desde hace más de medio siglo un país soberano e independiente que no acepta cuestionamientos de nadie, y en particular de aquellos que intentan dar lecciones, cuando en realidad tienen el tejado de vidrio", ha subrayado el vicecanciller cubano.

En opinión de Rodríguez, el Gobierno español "debe más bien ocuparse de dar solución a los graves problemas que enfrenta en su sociedad, como la crisis económica y el continuo incremento del desempleo que afecta a más de cinco millones de personas, sobre todo a los jóvenes".

Asimismo, ha agregado, debería "preocuparse por la represión policial contra los manifestantes pacíficos, la deplorable situación en las cárceles, entre otras violaciones de los Derechos Humanos".

García-Margallo había señalado que el Gobierno de Rajoy no respaldará el cambio de la Posición Común adoptada por la UE en tiempos de José María Aznar y que condiciona las relaciones con Cuba a avances en materia de Derechos Humanos a menos que vea avances por parte de La Habana hacia la democracia.