Actualizado 04/03/2011 19:11

Cuba.- Judíos en Cuba aseguran que no recibieron ayuda tecnológica de Alan Gross


MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -

Representantes de la comunidad de judíos en Cuba han tomado distancia de Alan Gross --contratista estadounidense que será enjuiciado a partir de este viernes en La Habana-- y han asegurado que no han recibido ningún tipo de ayuda tecnológica, contradiciendo de esta manera la versión de Washington.

Gross, de 61 años, fue arrestado en diciembre de 2009 en La Habana, acusado de distribuir ilegalmente equipos de comunicación satelital cuando trabajaba como subcontratista de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) que financia, entre otras cosas, programas destinados a promover la democracia en la isla.

La Casa Blanca ha cuestionado en reiteradas ocasiones el arresto de Gross y ha exigido al Gobierno de Raúl Castro su inmediata liberación, alegando que el contratista no ha cometido ningún "crimen" y que solo estaba facilitando a la comunidad hebrea el acceso a Internet, servicio restringido en la isla.

Pero los pocos judíos que han podido ser consultados sobre el asunto por medios de comunicación internacionales han asegurado desconocer cuál era la verdadera misión del contratista norteamericano y han negado haber recibido las ayudas a las que hace referencia Washington.

Uno de los primeros en hablar públicamente sobre este polémico tema fue William Miller, ex presidente de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba, quien será testigo en el proceso judicial que ha acentuado los distanciamientos entre la Casa Blanca y el Gobierno de Castro.

Miller ha comentado a finales de febrero en declaraciones a la cadena norteamericana CBS que vio "más de una vez" a Gross en el edificio de La Habana que alberga el Templo Beth Shalom --el mayor centro hebreo de la isla-- pero ha aseverado que su labor "no tenía absolutamente nada que ver con la comunidad judía".

"No estoy seguro de cuál era su trabajo real, lo que estaba haciendo", ha admitido Miller. Sin embargo, ha confesado que Gross "estaba tratando de juguetear un poco" con la idea de regalarle un teléfono satelital BGAN, aunque aclara que no aceptó "personalmente" ningún equipo.

"NO NECESITAMOS" LA AYUDA

La CBS mostró imágenes del centro judío situado en el sector de El Vedado, en La Habana, en la que se puede apreciar la dotación tecnológica de sus instalaciones. "Ustedes lo vieron. Tenemos computadoras. Tenemos Internet. No necesitamos a personas como Alan Gross", ha insistido en declaraciones telefónicas.

Adela Dworin, presidenta de la Comunidad Hebrea en Cuba, tiene una versión similar a la Miller aunque ella niega haber tenido algún contacto con Gross. "No necesitamos los sofisticados aparatos que, según se alega, Gross introdujo en Cuba. Nosotros tenemos Internet de forma legal", ha dicho en declaraciones a Reuters.

"Además, nunca hubiéramos aceptado nada ilegal que dañara la imagen de la comunidad judía ni nuestra relación con este, nuestro país, que nos acogió hace más de cien años", ha afirmado Dworin en La Habana.

La Fiscalía cubana ha pedido 20 años de prisión contra Gross por el delito de "actos contra la independencia o la integridad del Estado". Se espera que la vista oral termine este viernes, pero los cinco jueces encargados del caso podrían demorar 24 horas o varios días en emitir alguna sentencia.

Gross estuvo arrestado 14 meses sin que se conocieran los cargos en su contra. A comienzos de febrero la Fiscalía presentó su solicitud de 20 años de cárcel y no fue sino hasta la semana pasada que se asignó una fecha para el juicio.

"Esperamos que reciba un juicio justo y le permitan venir a casa. Lo que hizo no es un crimen", dijo en su cuenta en Twitter el portavoz del Departamento de Estado, PJ Crowley, poco después de conocer la fecha del proceso judicial.