Actualizado 19/02/2008 14:46

Cuba.- Moragas (PP) desea el inicio de una apertura, pero subraya que la realidad es que "nada" ha cambiado en la isla

MADRID, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -

El secretario de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, afirmó hoy compartir el "deseo" de muchos que el anuncio de la renuncia de Fidel Castro como presidente y comandante en jefe de Cuba "pueda ser el inicio de una verdadera apertura", pero advirtió de que la "realidad" en la isla es que "ahí no ha cambiado nada".

En declaraciones a Europa Press, Moragas enmarcó el anuncio de Castro en el "relato" que comenzó en julio de 2006, con la proclama de Castro de que abandonaba las "responsabilidades políticas" y transfería los poderes a su hermano de forma "absolutamente ilegal e inmoral".

A partir de ese momento, subrayó Moragas, "se empezaba a consagrar una dictadura hereditaria y en lugar de iniciar el camino a la transición, se apostaba por la sucesión". Por eso desde entonces, explicó, el PP ha reclamado "una presión internacional para impedir que se consolide este modelo de dictadura hereditaria y de sucesión".

A su juicio, los pasos que el régimen debería dar para iniciar un verdadero cambio hacia la democracia serían, en primer lugar, "la liberación de todos los presos políticos, el reconocimiento de partidos, medios de comunicación y sindicatos independientes", con el objetivo de "abrir un proceso de diálogo interno entre cubanos, contando también con aquellos que viven el drama del exilio" hacia una "transición pacífica a la democracia".

"Pero desgraciadamente --lamentó-- desde hace un año y medio que se inició este proceso no se ha producido ninguno de estos cambios". Tampoco, dijo, con la política del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero hacia Cuba, dirigida, según Moragas, a "oxigenar al régimen", que sigue un "modelo totalitario".

Preguntado por la reciente liberación y traslado a España de cuatro disidentes políticos del llamado Grupo de los 75 detenidos en la ola de represión de la primavera de 2003, señaló que es una "buena noticia para ellos y sus familias", aunque se refirió a este hecho como una "deportación".

Sobre las eventuales consecuencias de esta decisión de Castro de cara a las elecciones de marzo, rehusó valorar si beneficia o no al Gobierno porque el PP, aseguró, no va a usar estos casos personales como "munición electoral". "De lo que se trata es de que el Gobierno y el PSOE tengan una posición clara de apoyo a los disidentes y a la transición a la democracia, que no ha tenido en cuatro años", insistió.