Actualizado 20/07/2016 18:32

El opositor cubano Guillermo Fariñas empieza otra huelga de hambre

Guillermo Fariñas
Reuters

MADRID, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -

El líder opositor cubano Guillermo Fariñas ha empezado este miércoles una nueva huelga de hambre con la intención de llegar "hasta las últimas consecuencias" para que el Gobierno de Raúl Castro ponga fin a la persecución contra los disidentes.

"Me declaró a partir de hoy en huelga de hambre y sed, hasta que usted no diga públicamente (...) que nosotros, sus opositores, no seremos más torturados, golpeados, amenazados de muerte, no nos serán incoadas causas espurias y no se nos confiscarán nuestras propiedades", ha dicho al Observatorio Cubano de Derecho Humanos.

El premio Sajarov del Parlamento Europeo ha exigido a Castro que designe "a uno de sus vicepresidentes para que se reúna con una docena de prominentes líderes de la oposición política no violenta para viabilizar el cumplimiento de su promesa".

El destacado disidente, dirigente del Foro Antitotalitario Unido (FANTU), ha responsabilizado a Castro y su Gobierno de su vida, así como de "las vidas de todos los opositores no violentos a partir de este momento".

Fariñas ha relatado el último episodio violento con las fuerzas de seguridad. "En el día de ayer, 19 de julio, resulté torturado estando esposado por efectivos de la Brigada Especial del Ministerio del Interior en la provincia de Villa Clara", ha contado.

Un grupo de miembros del FANTU acudieron a la comisaría "para indagar por el militante encausado falsamente en la provincia de Pinar del Río, José Rolando Casares Soto, y por el miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), Carlos Ámel Oliva Torres, en huelga de hambre".

"Personarse ante un establecimiento del Ministerio de Interior no es constitutivo de delito, según leyes vigentes, si no se portan carteles alusivos, se distribuye propaganda o se grita una consigna contra su régimen", ha subrayado.

Para Fariñas esto "es una pequeña muestra de la ola de abusos, terror y violencia, que las autoridades represivas del Gobierno han desatado contra la oposición no violenta, que cívicamente enfrenta al totalitarismo", y que "podría derivar en una guerra civil".

También ha aprovechado para rechazar el uso del término "mercenario" para referirse a la oposición cubana. "Para ser un mercenario se deben cumplir dos condiciones: estar luchando fuera de su país de origen y estar al servicio de una potencia extranjera", ha aclarado.

Fariñas ha admitido que recibe "ayuda material y financiera de los exiliados anticastristas, que no olvidan los sufrimientos del pueblo cubano". Sin embargo ha recordado que para derrocar a Fulgencio Batista los revolucionarios también se financiaron de la diáspora. "¿De dónde salió el dinero para comprar el yate 'Granma'?", ha planteado.

Por todo ello, ha instado a Castro a "actuar como un patriota cubano y no como militante ideológico de una tendencia política". "Que reconozca, que ningún mercenario ofrenda su vida por ideales pro democráticos y que es nuestro derecho pensar diferente", ha concluido.

Fariñas ya ha realizado varias huelgas de hambre a lo largo de estos años con el fin de denunciar el acoso de las autoridades cubanas a la "sociedad civil independiente", eufemismo usado para referirse a la disidencia.