Actualizado 14/06/2009 20:04

Dan computadoras a aborígenes para combate analfabetismo

Por James Regan

ISLA ELCHO, Australia (Reuters/EP) - Poco tiempo después de recibir una computadora portátil verde distribuida de forma gratuita entre los niños aborígenes en edad escolar con la esperanza de combatir el analfabetismo y el ausentismo, Jericho Lacey descubrió que el "regalo" servía para otras cosas además de hacer la tarea.

Desde su casa en la isla Elcho, un empobrecido puesto fronterizo tropical, Lacey escribe ensayos para la escuela y ocasionalmente participa de "juegos de estrategia" y navega por internet.

"Espero que mis hijos se conecten digitalmente con el resto del mundo", dijo a Reuters Marcus, el padre de Jericho. "La isla no está muy cerca de nada", agregó.

"En medio del mar Arafura y a unos 2.000 kilómetros al noroeste de Sidney, la isla donde funcionaba la antigua misión metodista no es ningún paraíso para sus habitantes.

Hace décadas que se abandonó el cultivo de maní y banana, por lo que los aproximadamente 2.000 adultos que viven en la isla casi no tienen trabajo.

El alcohol está prohibido para contener la violencia doméstica y los autos funcionan con un tipo de gasolina que no se puede inhalar, después de que esa práctica se volvió un pasatiempo popular y peligroso entre la juventud de la isla.

La pornografía también está prohibida en la isla.

Los organizadores detrás del programa esperan combatir la monotonía del lugar con con novedosos intereses como navegar en la red y ofreciéndoles a los 1.200 niños en edad escolar oportunidades de aprender sobre el mundo más allá de la densa ciénaga que rodea el mar.

"Estamos tratando de darles a estos niños una oportunidad que de otro modo no tendrían al vivir aquí", dijo Barry Vercoe, quien dirige el brazo para Asia y el Pacífico de One Laptop Per Child (Una computadora portátil por niño), una entidad internacional de caridad que él dice lleva entregadas 1,5 millones de computadoras.

Hasta el momento se han repartido 2.000 computadoras portátiles en tres escuelas de comunidades aborígenes en Australia, donde el analfabetismo puede ser multi generacional y el inglés casi nunca se habla.

EN VARIOS PAISES

La entidad fue fundada por Nicholas Negroponte, un investigador del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus iniciales en inglés), y le ha dado computadoras a niños en edad escolar en lugares como Camboya, Ruanda y Papúa Nueva Guinea.

Por medio de donaciones y auspiciantes corporativos Vercoe espera donar 400.000 computadoras en Australia en los próximos dos o tres años, todas directamente a niños aborígenes en edad escolar.

"Cuando se nos presenta la oportunidad de hacer algo para luchar contra la ignorancia y el analfabetismo, debemos tomarla", dijo Vercoe.

Estudios señalan que hace mucho que el analfabetismo entre los niños aborígenes viene siendo subestimado.

Un informe de los ministerios de Educación en Australia estima que uno de cada tres estudiantes aborígenes de tercer grado no alcanzó un nivel de lectura mínimo establecido por el Gobierno para todos los australianos.

Hace casi dos años Australia lanzó una iniciativa nacional para intervenir en las comunidades muy pobladas por aborígenes, en algunas instancias enviando a la policía y el Ejército para implementar vedas etílicas y llevar a cabo estudios médicos en los niños.

Un informe del Sindicato Educativo Australiano encomendado para examinar la intervención gubernamental en el Territorio del Norte encontró que se necesitan 1.600 millones de dólares para asegurarse que los estudiantes aborígenes tengan las mismas oportunidades que los estudiantes no aborígenes.

COMPUTADORAS RESISTENTES

Diseñadas por la compañía taiwanesa Quanta y manufacturadas en Shanghái, cada áspera computadora XO cuesta 185 dólares y está recubierta por una goma gruesa para soportar condiciones extremas.

Un router inalámbrico les permite a los niños conectarse con sus maestros vía internet. Los computadores cuentan con una pantalla de alta resolución en la que se puede leer bajo la luz directa y son conocidas por su bajo consumo de energía, con un funcionamiento de 12 horas con cada batería.

En el Shepherdson College de la isla, donde el presentismo diario de los alumnos de prescolar hasta los últimos años de secundaria es de menos del 50 por ciento, el deseo de preservar la cultura e idioma aborígenes del lugar corre el riesgo de chocar con la implementación de nuevas herramientas de aprendizaje importadas del continente.

"Por un lado, estamos diciendo: 'Aquí tienes, toma esta computadora. Es para que la conserves,'" dijo un maestro de Shepherdson College. "Y al mismo tiempo, la cultura tradicional aborigen aquí está mucho menos ligada a la noción de propiedad individual," agregó.

Las diferencias de estilo de vida entre los australianos aborígenes y no aborígenes están en el núcleo de las divisiones educativas y económicas entre ambos grupos.

Los cambios en la constitución federal reconocieron en 1967 a los pueblos aborígenes como ciudadanos australianos con el mismo derecho a votar. Antes de eso, ellos estaban simplemente protegidos bajo las mismas leyes que gobiernan a las plantas y los animales.

Las tradiciones de propiedad comunitaria todavía superan por mucho al derecho de ejercer posesiones individuales entre muchos asentamientos aborígenes.

Vercoe señala que podría haber un obstáculo.

"Una vez que le damos una computadora a un niño, le decimos que es suya de por vida. Ese concepto puede ir en contra de algunos de los valores tradicionales", señaló.

Mezclando inglés con djambarrpuyngu, una de las casi 12 lenguas regionales, Naomi Ruluminy Dhurrkay de 10 años lucha con la escritura de un ensayo en su nueva computadora, pero se maravilla con las otras cosas que puede hacer.

"Más que nada me gusta internet y las historias contadas", destacó la niña.