MADRID, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los feminicidios en la región de América Latina y el Caribe se han incrementado desde 2013 pese a que el 94 por ciento de los países cuentan con políticas nacionales de protección para las mujeres. Así, esta región es la más violenta del mundo para las mujeres.
La región de América Latina y el Caribe cuenta con las tasas más altas de violencia contra la mujer fuera de la pareja y la segunda más alta dentro de ella, según datos del Observatorio sobre Igualdad de Género en América Latina y el Caribe recogidos en el Informe sobre violencia contra las mujeres del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El número de asesinatos machistas va en aumento y dos de cada cinco son resultado de la violencia doméstica. Alrededor del 30 por ciento de las mujeres han sido víctimas de violencia por parte de su pareja y el 10,7 por ciento han sufrido violencia sexual fuera de la pareja, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esto ocurre a pesar de que el número de países de América Latina y el Caribe con políticas nacionales de protección para las mujeres ha aumentado de 24 en 2013 (74 por ciento) a 31 en 2016 (94 por ciento).
"Este informe destaca la necesidad de asignar más recursos, estructurar mejor la respuesta y articular mejor el trabajo entre los diferentes actores. Además, debemos trabajar para mejorar la recopilación y medición de datos que registran la violencia contra mujeres en la región", ha dicho Luiza Carvalho, directora regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe.
El informe insta a abordar esta crisis social a un nivel político más alto, con más inversión, un enfoque más completo y que incluya la creación de planes nacionales a nivel local y una mayor cooperación, que pase por generar pactos sociales entre los Gobiernos, el sector privado y la sociedad civil para involucrar a todos los actores.
Además, el PNUD considera indispensable centrar y potenciar las acciones de reparación de las víctimas, especialmente aquellas enfocadas en su empoderamiento económico; y trabajar con los hombres, especialmente los jóvenes, para sumarlos como socios en la lucha para terminar con la violencia contra las mujeres y las niñas en esa región.
La erradicación de la violencia machista es "esencial para el logro de la paz, la productividad económica, los derechos, justicia y cohesión social", ha aseverado el director del Centro Regional del PNUD para América Latina y el Caribe, Richard Barathe.