Actualizado 16/03/2015 16:56

¿Qué pasa con la corrupción en América Latina?

Corrupción en América Latina
Foto: FOTOMONTAJE NOTIMÉRICA

MADRID, 14 Mar. (Notimérica) -

   El escándalo de corrupción que actualmente azota a Brasil es algo que los habitantes del país no pueden tolerar más. El pasado 8 de marzo, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, pronunció un discurso por el Día de la Mujer. sin embargos, la cacerolada que llevaba a cabo parte de la población tapó este discurso.

   Los brasileños, que actualmente sufren una economía estancada y una austeridad fiscal, tienen un gran tema que ocupa las protestas: el escándalo de Petrobras, la gran petrolera estatal.

   Este domingo, 15 de marzo, los ciudadanos han organizado una serie de manifestaciones por todo el país para exigir la destitución de Rousseff, que a pesar de no estar en la lista manchada por la operación 'Lava Jato', era la presidenta de la petrolera en el momento de la corrupción, año 2000.

   La inquietud que sufre el pueblo brasileño no es el único en América Latina. La desaparición de los 43 estudiantes normalistas de la escuela normal rural de Ayotzinapa, en México, y su supuesto asesinato a manos de narcotraficantes aliados con la policía, llevan generando protestas desde septiembre de 2014.

   Por otra parte, en Argentina, las acusaciones hacia la actual mandataria, Cristina Fernández de Kirchner, y hacia su difunto marido, Néstor Kirchner, de haberse enriquecido durante año en el poder hace que las protestas lleguen al país.

   En Chile, el hijo de la presidenta Michelle Bachelet, renunció hace apenas una semana como jefe de una organización de caridad estatal después de acusaciones de tráfico de influencias.

   Sin embargo, estos escándalos están saliendo a la luz, y las instituciones los están tratando. La incesante búsqueda de ejecutivos y políticos implicados en el escándalo de Petrobras muestra que las instituciones judiciales de Brasil están funcionando. Por su parte, el Congreso de México está impulsando reformas anticorrupción.

   Aunque América Latina es una región de ingreso medio, dos tercios de sus países han aparecido en la mitad inferior del "Indice de percepción de la corrupción" en todo el mundo, de Transparencia Internacional.

   En América del Sur, tan solo Chile y Uruguay aparecen entre los países menos corruptos de América Latina. Costa Rica es la excepción en América Central, al y como se muestra en el diario 'The Economist'.

   Una quinta parte de los latinoamericanos declaran haber pagado un soborno en el transcurso de un año, con mayor frecuencia a la policía.

   El coste que la corrupción le genera a América Latina es difícil de calcular. La Federación de Industria del Estado de Sao Paulo (FIESP), estimó en 2010 que la corrupción cuesta del 1,4 al 2,3 por ciento del PIB cada año. En Perú, el dinero robado cada año asciende al 2 por ciento del PIB, según aseguró la prime ministro, Ana Jara.

   El Foro Económico Mundial asegura que casi una quinta parte de los empresarios piensan que la corrupción es el principal obstáculo a la hora de hacer negocios en México.

   Muchos investigadores de América Latina vieron que la democratización y las reformas de mercado que se iniciaron en la década de 1980 frenarían la corrupción. Sin embargo, proporcionaron nuevas ideas para llevarla a cabo.

   En México, la corrupción se vio desbordada con la llegada de la democracia, según el consultor en la revista 'Nexos', Luis Carlos Ugalde. En Brasil, las campañas están llenas de dinero que los candidatos gastan para ganar la carrera hacia la presidencia. En Chile, los donantes tiene el propósito de dar dinero a través de una agencia que esconde la identidad del candidato. Por ello, encuestas revelan que los partidos políticos son las instituciones menos confiables de América Latina.

   Sin embargo, hay indicios de que la corrupción se puede frenar. Las nuevas medidas anticorrupción en algunos países no solo salen a la luz en el momento de los escándalos, si no que son el trabajo de algunas instituciones que empiezan a coger fuerza.

   Mejores jueces y fiscales en Brasil forman parte de la mejora de las instituciones legales y de las nuevas tecnologías. La necesidad de garantizar una política a favor de la transparencia que asegure el libre acceso de los ciudadanos a la información gubernamental es algo común entre los mandatarios.

   A finales de febrero, Peña Nieto quiso empezar a recuperar cierta credibilidad en su lucha contra la corrupción, ya que hay varios ex gobernadores y ex líderes sindicales sobre los que existen sospechas o casos abiertos. De hecho, diputados de distintos partidos aprobaron un sistema nacional anticorrupción que contempla crear un tribunal de cuentas para llevar los casos más grandes en coordinación con los poderes ejecutivo y legislativo.

   La Auditoría Superior de la Federación (ASF) en el Congreso, que se integraría en el nuevo sistema, detecta todos los años irregularidades y desvíos millonarios del gasto federal.

   Otros países están tomando medidas alentadoras. El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ha firmado un acuerdo con las organizaciones no gubernamentales para actuar como "auditores paralelos" en educación, salud y otros servicios públicos. Ellos lo convencieron de nombrar a un ministro de Educación, que ha reducido drásticamente el pago de salarios a los maestros "fantasmas". Chile pronto acabará con las lagunas en su legislación de financiación de campañas.

   Aún queda mucho trabajo por hacer, pero las medidas que toman los gobiernos ante la corrupción el algo que no se puede dejar pasar.