MADRID, 13 Ago. (Notimérica) -

   Este jueves 13 de agosto el expresidente de Cuba Fidel Castro ha cumplido 90 años, y aunque permanece apartado del poder desde 2008, cuando le cedió el mando de Cuba a su hermano Raúl, el polémico revolucionario que gobernó la isla durante más de 30 años ocupa un lugar primordial en la historia y ha ejercido una gran influencia dentro y fuera de la isla, en especial en Latinoamérica.

   Las apariciones del exmandatario son cada vez menores, pero, después de que cumpliera un año sin presentarse en público el pasado mes de enero, Castro ha reaparecido en un par de ocasiones y ha mantenido reuniones como la sostenida en marzo con los agentes de Inteligencia encarcelados en Estados Unidos conocidos como 'Los Cinco', después de que los últimos tres de ellos fueran liberados; y la que mantuvo en mayo con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

   La vida de Castro es toda una aventura. Tanto es así que el canal norteamericano 'Discovery Channel' anunció hace dos semanas que prepara un documental sobre el líder revolucionario, que supuestamente fue objeto de intentos de asesinato en 600 ocasiones. En el día de su cumpleaños, repasamos sus pasos.

DE LA REVOLUCIÓN AL PODER.

   El líder revolucionario es el tercero de los siete hijos --Raúl Castro es el menor-- que tuvieron el acomodado propietario azucarero español de Galicia y su segunda esposa, Lina Ruz González, nieta de canarios y asturianos. Nació en un 13 de agosto en una hacienda en Mayarí, actual provincia de Holguín, pero su padre que aún continuaba casado con su primera esposa no lo aceptaría como hijo oficialmente hasta los 17 años, una vez legalizada la unión con su madre.

   Don Ángel era un hombre de carácter duro y era iletrado, aunque eso no le impidió tener éxito en los negocios agrícolas. Había combatido con España contra Estados Unidos en 1898 y tras la derrota había regresado a Cuba decidido a emprender una nueva vida como inmigrante.

   El joven Castro estudió en régimen de internado en la Escuela La Salle de los Hermanos Maristas y el Colegio Dolores de la Compañía de Jesús, dos centros privados de Santiago. Más tarde se trasladaría a la afamada Escuela Preparatoria Belén, regida también por los jesuitas.

   Cuando obtuvo el título de bachiller en 1945 se matriculó en la Escuela de Leyes de la Universidad de La Habana, un centro que se distinguía por la politización de su alumnado y donde las disputas a menudo se resolvían con armas. Pronto se hizo miembro de una de las camarillas estudiantiles más violentas, la Unión Insurreccional Revolucionaria (UIR), con quienes participó en un intento de terminar con la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana en 1947.

   Más tarde, un punto muy importante para su trayectoria, se convirtió en uno de los primeros militantes del Partido del Pueblo Cubano, o Partido Ortodoxo, una agrupación opositora.

   Para entonces Castro ya era un estudiante brillante, un gran deportista y un joven polémico en las aulas al que le gustaba debatir. Era más que evidente su gran capacidad de liderazgo. En esa época frecuentaba varios comités antiimperialistas, encontrando un asunto grave el dominio neocolonial de Estados Unidos sobre la isla y otros lugares como Puerto Rico o República Dominicana.

   El 12 de octubre de 1948 Castro contrajo matrimonio católico con Mirta Díaz-Balart Gutiérrez, una estudiante de Filosofía de la Universidad, de 20 años y perteneciente a una influyente y adinerada familia, bien situada entre las élites conservadoras del país. Con ella tendría a su primer hijo, Fidel Félix, llamado por todos 'Fidelito'.

   En 1950 Castro terminó la licenciatura de Derecho y obtuvo el título de abogado, tras lo cual abrió un pequeño bufete en La Habana. Su profesión no le impidió seguir implicándose en las movilizaciones populares.

   Desde la clandestinidad, Castro fue aunando fuerzas para derrocar al dictador Fulgencio Batista y formaría un grupo, en el que se encontraba su hermano pequeño, Raúl Castro, que sería el adalid del movimiento revolucionario.

   El 26 de julio de 1953 el grupo realizó un espectacular ataque contra el cuartel Moncada de Santiago que se saldó con la muerte de 60 de los 135 integrantes de los asaltante. Paralelamente, el comando que atacó el cuartel Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo, a 150 km de Santiago, perdió a 12 de sus 22 componentes.

   Tanto Fidel, como su hermano y el resto de asaltantes tenían prevista la pena de muerte, pero el líder revolucionario se salvó por la intervención del arzobispo de Santiago, monseñor Enrique Pérez Serantes, que intervino ante Batista para salvarle a él y a sus hombres. En el juicio, el exmandatario llevó a cabo su propia defensa y pronunció el famoso discurso 'La historia me absolverá'.

   Poco después, Batista llevó a cabo una amnistía que liberó a los hermanos Castro y a los otros 18 participantes. Al salir de prisión, el primer paso que realizó fue divorciarse de Mirta Díaz-Balart, no sin asegurarse la custodia de Fidelito, que entonces tenía cinco años.

   Después los Castro se exiliaron a México, donde Fidel reagrupó a sus partidarios bajo la sigla del MR-26-7 y acumuló fondos económicos. Allí conocería a un médico argentino que también haría historia, Ernesto 'Che' Guevara.

   Al año siguiente, después de que falleciera el padre de Fidel, el exmandatario, Raúl, el Che, Camilo Cienfuegos Gorriarán, Juan Almeida Bosque y otros 77 expedicionarios zarparon hacia Cuba en el yate Granma hasta llegar al área de los Cayuelos, en Oriente. Allí, los disparos les sorprendieron y sólo 13 de ellos consiguió adentrarse en Sierra Maestra.

   Desde allí, con el nombre de Columna José Martí bajo el mando de Castro, emprendieron la lucha guerrillera contra los 40.000 soldados del Ejército de Cuba. El 17 de enero de 1957 tomaron el cuartel de La Plata, su primera victoria.

   Un grupo de guerrilleros por el que nadie habría apostado entonces provocó el debilitamiento y la posterior caída del régimen de Batista, que el 1 de enero de 1959 firmó su dimisión.

   Al día siguiente Castro convocó a los habitantes de La Habana a una huelga general y ordenó al Che y Cienfuegos que tomaran la capital de inmediato. Así, el 2 de enero, tras la rendición del Ejército en Santiago, las columnas del MR-26-7 entraron en la capital y Castro les siguió, encontrando un recibimiento apoteósico, el 8 de enero.

   El juez Manuel Urrutia Lleó, un partidario de la Revolución, asumió temporalmente el poder y nombró primer ministro al político liberal y notorio opositor a Batista José Miró Cardona, quien formó un Gobierno de coalición con personalidades que no tenían poco o nada que ver con los revolucionarios. El Gobierno fue rápidamente reconocido por Estados Unidos.

   Castro sustituyó a Urrutia el 16 de febrero y obligó a renunciar a Miró. El líder, que despertaba simpatías incluso en Estados Unidos y Europa por el aura revolucionaria de su tarea, se deshizo pronto de su compromiso con los sectores liberales y moderados.

   Las relaciones con Estados Unidos, que controlaban gran parte de la economía del país se deterioraron con enorme rapidez. Gran parte de la economía se nacionalizó e inició el establecimiento de un sistema dictatorial que muy pronto se alineó con la URSS. Una gran parte de las clases medias huyeron hacia Estados Unidos, donde constituyeron un poderoso lobby anti-Castro.