BUENOS AIRES, 13 Nov. (Notimérica) -
Desde el pasado mes de octubre se han producido dos terremotos de gran magnitud en Argentina, de 6 y 5,8 grados en la escala de Richter respectivamente. El último, durante la madrugada de este viernes en Quilino, en el departamento de Ischilín, provincia de Córdoba.
Según el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) del país, la localización de los sismos podría no ser casual, ya que al representar el epicentro de estos terremotos, se puede observar que la mayor parte de la actividad sísmica se sitúa en el centro y el noroeste del país.
En los últimos 400 años, la región del noroeste ha sufrido terremotos muy destructivos aunque, al no afectar a las zonas más pobladas, no se les ha considerado como un problema de gran importancia.
El 25 de agosto 1948, se produjo un terremoto con epicentro en la provincia de Salta, que ha supuesto el de mayor trascendencia en la región por la gran cantidad de pérdidas humanas y económicas que supuso.
MÁS GRAVES EN EL CENTRO
Sin embargo, tal y como ha destacado el Inpres, el centroeste del país es donde se han producido los verdaderos desastres del país. El 20 de marzo de 1861 se produjeron una gran cantidad de sismos en las provincias de San Juan y Mendoza, donde se destruyó casi por completo la ciudad y se dejó un saldo de muertos de casi la tercera parte de la población.
El terremoto de Mendoza es considerado como uno de los más desastrosos a nivel mundial durante el siglo XX. El 15 de enero de 1944, se produjo otro sismo que destruyó San Juan y dejó cerca de 10.000 muertos suponiendo la mayor catástrofe sísmica de todo Argentina.
Los grandes terremotos chilenos también causan estragos en Argentina en las poblaciones limítrofes y siendo mucho más frecuentes que aquellos que se producen dentro del propio territorios del país.