Actualizado 17/12/2013 21:30

Correa invita a 'The Economist' a "constatar la contaminación que Chevron dejó en Ecuador"

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en la campaña contra Chevron.
PRESIDENCIA DE ECUADOR/EP

QUITO, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha invitado a través de la red social Twitter a la revista semanal británica 'The Economist' a constatar la contaminación que la empresa petrolera Chevron ha dejado en su país, como contestación a un artículo en el que se culpaba a la compañía estatal petrolera Petroecuador de la contaminación de la Amazonía.

La revista había publicado que la campaña 'La mano sucia de Chevron', en la que aparece el propio Correa con la mano llena de petróleo, era una estrategia para desviar la atención de los activistas medioambientales por la explotación petrolera que se llevará a cabo en el Parque Nacional Yasuní y señalaba que "el hoyo de brea en el que Correa metió la mano es responsabilidad de Petroecuador, una compañía estatal".

"@TheEconomist, estás invitado a constatar la contaminación, la enfermedad y la muerte que @Chevron ha dejado en Ecuador", ha señalado el presidente en su Twitter oficial.

La Asamblea Nacional de Ecuador autorizó el jueves la explotación de los mayores campos petroleros del país, ubicados en una reserva ecológica, pero condicionó la actividad al cumplimiento de estándares que minimicen el impacto al ambiente.

La explotación se podrá realizar en una extensión no mayor del uno por mil de los 982.000 hectáreas del parque Yasuní y fuera de la zona donde viven los pueblos ancestrales Tagaeri y Taromenane, según la resolución.

La decisión de la Asamblea Nacional de Ecuador es cuestionada por sectores ecologistas y movimientos sociales por los fuertes impactos que tienen las actividades extractoras en la selva, según el diario ecuatoriano 'El Tiempo'.

CASO CHEVRON

El Gobierno de Correa sostiene que Chevron (conocida por aquel entonces como Texaco) explotó el crudo ecuatoriano, entre 1964 y 1990, y vertió desechos tóxicos sobre la selva y los riachuelos.

Chevron, por su parte, sostiene que los pozos donde se realizaron los vertidos de deshechos fueron limpiados y que sus actividades no son responsables de ninguno de los daños causados al medioambiente y a la salud pública.

En el primer asalto judicial, un tribunal ecuatoriano condenó en 2011 a la empresa estadounidense a pagar 18.200 millones de dólares (13.732 millones de euros) que, debido a su negativa a hacerlo, han ascendido a 19.000 millones de dólares (14.335 millones de euros).

Chevron, que ya no tiene intereses en Ecuador, ha llevado a cabo una ardua tarea para evitar el pago. En febrero de 2011, presentó una denuncia ante un tribunal federal de Nueva York contra los demandantes y sus abogados, argumentando que el veredicto se obtuvo mediante fraude.

Además, en marzo de 2012 trasladó el caso al Tribunal Permanente de Arbitraje (TPA), con sede en La Haya, que se declaró competente argumentando que Ecuador no respetó el tratado bilateral sobre protección de inversiones.