WASHINGTON, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
Estados Unidos ha criticado este jueves la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela de fijar las elecciones presidenciales para el 22 de abril, a pesar de que la oposición considera que no se dan las condiciones para que el resultado sea creíble, y lo ha atribuido a que el presidente, Nicolás Maduro, "no es lo suficientemente valiente" para competir en unos comicios limpios.
"Estados Unidos denuncia la decisión del CNE de avanzar unilateralmente hacia unas elecciones presidenciales sin garantías (...) y que limitan la capacidad de las personas para concurrir" a las urnas como candidatos, ha dicho la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, en un comunicado.
Washington ha apoyado la decisión de los partidos opositores de "rechazar los términos del régimen para unas elecciones que no serían libres ni justas", más aún cuando "el Gobierno no ha querido negociar de buena fe evitando un acuerdo para conseguir elecciones creíbles".
Para Nauert, los últimos acontecimientos evidencian que "el régimen de Maduro sigue desmantelando la democracia venezolano" y que, por tanto, "es un Gobierno autoritario". Además, ha señalado al presidente directamente por "no ser lo suficientemente valiente para competir en unas elecciones donde el campo de juego esté nivelado".
"Estamos con el hemisferio (latinoamericano) en apoyo del pueblo venezolano y de su derecho soberano a emitir su voto en unas elecciones libres, justas y transparentes. Seguiremos presionando para que el régimen restaure la integridad de la Constitución venezolana", ha ratificado.
La crisis política en Venezuela ha alcanzado un nuevo pico en las últimas horas por la decisión del CNE de fijar el 22 de abril como fecha de celebración de las elecciones presidenciales previstas para este año, un adelanto electoral que apenas deja tiempo a la Mesa de Unidad Democrática (MUD) para poner orden en su casa y lanzar un candidato de consenso.
El CNE dio este paso horas después de que el diálogo que el Gobierno y la MUD retomaron el 1 de diciembre en Santo Domingo para pactar una solución a la crisis política naufragara. El equipo gubernamental se negó siquiera a recibir las observaciones que la coalición opositora había hecho al borrador del acuerdo --que estaba casi cerrado-- y abandonó la capital dominicana.