Actualizado 25/04/2007 03:58

EEUU/Colombia.- El Departamento de Estado afirma que Uribe no tiene vínculos con los paramilitares


WASHINGTON, 25 Abr. (EP/AP) -

Una audiencia celebrada sobre las relaciones entre Estados Unidos y Colombia concluyó el pasado lunes con la firme afirmación de un emisario del Departamento de Estado de que no hay evidencias de los presuntos vínculos entre el presidente colombiano, Álvaro Uribe, y los grupos paramilitares del país latinoamericano.

Charles Shapiro, subsecretario de Estado interino para asuntos del Hemisferio Occidental, respondió tajantemente cuando el congresista republicano Dan Burton preguntó si el Gobierno estadounidense tenía pruebas de dicha vinculación.

La misma negación fue apoyada por el demócrata Eliot L. Engel, presidente de la comisión que convocó la audiencia, la primera sobre Colombia que se realiza en la Cámara de Representantes desde que los demócratas asumieron el control del Congreso este año.

Engel aseguró en su declaración inicial que el escándalo que vincula a funcionarios del Gobierno, legisladores, autoridades de diverso nivel e, incluso, militares con los grupos paramilitares es una de las "más graves preocupaciones" para él.

"Se sabe que hay un importante nivel de corrupción en los altos niveles del Gobierno del presidente Uribe", precisó. "Pero no tenemos pruebas de que el presidente Uribe estuviera vinculado con los paramilitares".

La audiencia, realizada ante el subcomité de asuntos para el Hemisferio Occidental de la cámara baja, fue convocada por Engel cuando el Gobierno colombiano realizaba intensas gestiones para la aprobación del tratado bilateral de libre comercio y de la segunda etapa del Plan Colombia.

Asimismo, se hizo en momentos en los que la imagen del presidente Uribe, según lo ha reconocido él mismo, se vio afectada en Estados Unidos por las acusaciones de posibles vínculos con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), consideradas como banda terrorista por Estados Unidos.

Además, una partida de 55 millones de dólares de ayuda para las fuerzas militares colombianas está retenida en el Senado estadounidense a la espera de que el Departamento de Estado explique cómo certificó que esas fuerzas ya no violaban los derechos humanos.

"Me pareció que ha quedado muy claro, con un 'no' contundente, que no hay vínculos del presidente Uribe (con los paramilitares)", declaró la embajadora colombiana en Washington Carolina Barco, presente en la audiencia. Los representantes "han dicho que conocen al presidente Uribe, que conocen su trayectoria y el embajador Shapiro sólo tuvo una palabra: 'No'"

Dennis Hastert, ex presidente de la Cámara de Representantes en la pasada década de dominio republicano, defendió que mientras la tendencia antiestadounidense se fortalecía en Venezuela, Bolivia y Ecuador, "Colombia seguía siendo un aliado firme". Por lo que "no debemos dejarla de lado", comentó.

Sin embargo, la posición cambió al otro extremo cuando tocó el turno en las deposiciones a los opositores. María McFarland Sánchez Moreno, especialista en temas colombianos del grupo Human Rights Watch, aseguró que Colombia "presenta hoy el peor cuadro sobre derechos humanos y crisis humanitaria" en la región.

Pero, indicó que "si se usa de manera inteligente" la influencia de Estados Unidos en el país puede servir para apuntalar el fortalecimiento de las leyes y democracia y la protección de los derechos humanos de manera que Colombia se convierta en un país "más seguro y más próspero en el largo plazo".

Estados Unidos ha participado en la financiación del Plan Colombia desde el año 2000, destinando fondos por unos 5.000 millones de dólares (más de 3.600 millones de euros) para la lucha contra el narcotráfico y los grupos armados irregulares.