Actualizado 30/03/2006 02:44

EEUU/Cuba.- Solcitan la libertad para una pareja de cubanos acusados de espionaje

MIAMI (AP)

Agentes estadounidenses intervinieron durante más de tres años la residencia de una pareja de exilados cubanos, en busca de pruebas para construir un caso contra ellos, acusados de espiar para el Gobierno de Fidel Castro, indicaron documentos mostrados en el tribunal.

Pero la investigación no es suficiente para mantener a la pareja de académicos detenida mientras espera juicio, indicaron los abogados de la defensa en un alegato presentado ante una corte federal en Miami.

Carlos Alvarez, de 61 años, y su esposa Elsa Alvarez, de 55, intentan apelar una decisión judicial que dictaminó que existe riesgo de huída y que por lo tanto deben seguir detenidos sin derecho a fianza.

Ambos se han declarado "no culpables" de las acusaciones de ser agentes de un Gobierno extranjero en claro enfrentamiento con las leyes de Estados Unidos.

De ser hallados culpables, cada uno enfrenta una sentencia de 10 años de prisión. Hoy su caso será escuchado en audiencia.

La mayoría de las conversaciones grabadas permanecen sin ser divulgadas, pero el abogado defensor Steven Chaykin dijo que no creía que hubiese evidencia de que la pareja planeaba huir del país. "Si existiese, le aseguro que el Gobierno ya la hubiese divulgado", argumentó Chaykin.

"Debido a su peso como agentes de inteligencia, los acusados probablemente cuentan con un plan de escape", insistió por escrito el fiscal Brian K. Frazier, en respuesta a la apelación.

El Gobierno ha basado el caso en las grabaciones hechas en el hogar de la pareja. El sumario alega que el matrimonio Alvarez pasó información a las autoridades cubanas sobre sus colegas, amigos y grupos de exilados, a través de un sistema codificado, usando radios de onda corta y computadoras.

Los fiscales aseguran que la pareja, que trabajaba en la Universidad Internacional de Florida, confesó espiar para el Gobierno de Cuba, en declaraciones al FBI a mediados del año pasado.

Alvarez trabajaba como profesor de psicología, mientras su esposa coordinaba un programa social. Ambos nacieron en Cuba y tienen ciudadanía estadounidense.

Según la moción presentada por la defensa el 22 de marzo, de las miles de conversaciones grabadas, sólo "alrededor de 200 son charlas supuestamente pertinentes", mientras la mayoría corresponden a temas domésticos de la vida diaria.

Chaykin destacó además que la pareja tuvo más de seis meses para escapar, entre su primera reunión con el FBI y su detención el 9 de enero, y sin embargo no lo hizo.