Actualizado 20/06/2009 13:14

Ejército EEUU dice bombardeos en Afganistán rompieron sus reglas

Por Peter Graff

KABUL (Reuters/EP) - Estados Unidos ordena que todos sus soldados en Afganistán se sometan a un nuevo entrenamiento luego de que determinó que sus pilotos violaron órdenes en ataques aéreos el mes pasado, los que aceptó que podrían haber dejado hasta 86 civiles muertos.

En un esperado reporte, publicado seis semanas después de que bombarderos estadounidenses B1 mataron a gran cantidad de civiles provocando la ira de los afganos, el Pentágono reconoció que no se habían seguido las normas, aunque dijo que los errores no alcanzaron a quebrantar la ley.

Los bombardeos ocurrieron el 4 de mayo en el oeste de Afganistán, después de una batalla de un día en la que fuerzas de seguridad afganas fueron emboscadas por combatientes talibanes, por lo que soldados estadounidenses acudieron en su ayuda.

Después del anochecer, bombarderos B1 observaron a grupos de personas que avanzaban hacia dos casas y una mezquita. Los pilotos concluyeron que eran combatientes y destruyeron los edificios.

Sin embargo, el reporte dice que los pilotos rompieron las pautas al atacar sin confirmar si había civiles en los edificios.

Los ataques, "si bien cumplieron con las (leyes de los conflictos armados) no se apegaron a todas las guías específicas y a las intenciones de los comandantes contenidas en las normas de regulación", dice el reporte.

"El no aplicar todas esas guías posiblemente resultó en la muerte de civiles", agregó.

Si bien el reporte destaca que los investigadores estadounidenses concluyeron que cerca de 26 civiles y 76 combatientes habían muerto, también reconoce que las cifras eran imprecisas y dijeron que la verdad cantidad de bajas civiles posiblemente nunca se conocería.

Pero en el primer reconocimiento público del Ejército a las cifras afganas de cifras mucho mayores de civiles muertos, el reporte sostiene que una agencia de derechos humanos concluyó que habían fallecido 86 civiles y elogió sus hallazgos como "equilibrados" y "minuciosos".

El reporte, publicado por el Comando Central -responsable de las guerras en Irak y Afganistán-, dice que el Ejército necesita perfeccionar sus normas para el uso de armas en Afganistán, el que debería ser sancionado en nuevos "documentos independientes".

"Una vez que esta guía sea publicada, las unidades necesitarán realizar inmediatamente un nuevo entrenamiento de todo el personal en el teatro (de operaciones)", afirmó.

"AMENAZA INMINENTE"

El reporte respalda las versiones de campesinos afganos sobre que los bombardeos de los aviones B1 después del anochecer ocurrieron lejos de la zona de combate.

Uno de los edificios, que los B1 destruyeron con dos bombas de 900 kilogramos y dos bombas de 227 kilogramos, estaba a más de un kilómetro de distancia del sitio en el que las tropas afganas y estadounidenses recibían ataques intermitentes.

El reporte aceptó que los pilotos y los controladores en tierra creían que los grupos de personas que estaban observando eran combatientes que podrían estar reuniéndose para un ataque. Pero reconoció que no estaban disparando desde los edificios cuando fueron atacados.

Si bien las normas de combate de Estados Unidos no son públicas, un funcionario militar de alto rango en Kabul dijo esta semana que generalmente prohíben atacar edificios a menos que se tomen medidas para garantizar que no hay civiles adentro, o que los soldados en tierra estén recibiendo disparos desde ellos.

"Se puede ver en el video, nadie estaba disparando (desde los edificios). No había una amenaza inminente", dijo el funcionario. "Debe existir una amenaza inminente", agregó.

El reporte no mencionó el que los talibanes estuviesen usando a los civiles deliberadamente como escudos humanos en el incidente, una afirmación que se convirtió en el punto central de las declaraciones de Estados Unidos sobre el bombardeo en las semanas posteriores.

El funcionario reconoció que no existe evidencia sólida para demostrar el alegato de los escudos humanos.