Actualizado 27/07/2009 03:00

ESCENARIOS-A 4 semanas golpe ¿cuál es la situación en Honduras?

Por Claudia Parsons

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - Cuatro semanas después de la expulsión a punta de fusil del presidente de Honduras, Manuel Zelaya, la peor crisis política de Centroamérica en los últimos 20 años parece estar tan lejos de una solución como al principio.

Luego de que el izquierdista Zelaya declaró el fracaso de las negociaciones auspiciadas por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, para llegar a un fin del conflicto, el viernes se desplazó a la frontera entre Nicaragua y Honduras para intentar volver a su país.

El presidente entró unos metros en territorio hondureño en el puesto fronterizo de Las Manos, a poca distancia de un cordón de militares de Honduras con equipo antimotines, y minutos más tarde regresó a Nicaragua. Desde entonces ha permanecido cerca de la frontera binacional.

A continuación algunos de los escenarios sobre cómo podría continuar el conflicto, que también es visto como una pulseada entre Estados Unidos -que condena el golpe de Estado pero busca una solución negociada- y el izquierdista presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el más cercano aliado de Zelaya.

PERSISTE ESTANCAMIENTO

Tanto Zelaya, con el respaldo de una amplia parte del mundo que condena del golpe, como el Gobierno de facto de Roberto Micheletti, mantienen posiciones aparentemente irreconciliables y ambos reclaman la legitimidad constitucional.

El estancamiento de la situación podría persistir, con Zelaya aún en el exilio y el Gobierno interino conservando el poder hasta las elecciones previstas para el 29 de noviembre, que según Micheletti se mantienen tal cual lo previsto.

Muchos países exigen el retorno de Zelaya, pero Washington, que tiene la mayor influencia, no ha aplicado sanciones comerciales y parece algo frustrado con Zelaya, calificando de "temerario" su intento de regresar al país.

Los organismos multilaterales de financiamiento han parado desembolsos para programas de ayuda en el empobrecido país centroamericano, y Estados Unidos suspendió asistencia militar por 16.5 millones de dólares. Zelaya pide que Washington endurezca las medidas y sancione de manera individual al Gobierno de facto.

Micheletti, cuyo Gobierno tiene el apoyo de la Justicia, el Congreso, los militares y la Iglesia Católica de su país, parece estar apostando a que una vez que se celebren las elecciones, monitoreadas por observadores internacionales, terminará el aislamiento de su país.

Sin sanciones comerciales de Estados Unidos, el mayor socio comercial de Honduras, Micheletti podría ganar la apuesta.

La Organización de Estados Americanos (OEA) que suspendió a Honduras tras el golpe, ha dicho que no reconocerá el resultado de unas elecciones llevadas a cabo por el Gobierno de facto.

Ninguno de los dos candidatos que lideran las preferencias, Elvin Santos del Partido Liberal y Porfirio Lobo, del opositor Partido Nacional -quien está adelante en las encuestas- quieren ver a Zelaya de vuelta como presidente.

UNA SOLUCION NEGOCIADA

Las sanciones diplomáticas y económicas podrían forzar al Gobierno interino a un acuerdo; Zelaya podría volver, con sus poderes limitados, o un tercero podría asumir la presidencia, como por ejemplo el presidente de la Corte Suprema.

Durante las negociaciones auspiciadas por Arias, los enviados de Micheletti ofrecieron que el mandatario interino podría renunciar para dar paso a una coalición, bajo la condición de que Zelaya no insista con su idea de hacer una consulta popular para habilitar la reelección.

Micheletti también ha dicho que podría considerar una amnistía para Zelaya, si regresa al país tranquilamente y se somete a la justicia por sus supuestas violaciones a la ley.

También ha sugerido adelantar las elecciones de noviembre, en las que ni Zelaya ni Micheletti competirían por la presidencia. Zelaya considera fracasadas las negociaciones de Costa Rica porque no fue aceptado su regreso al poder.

Las fuerzas armadas de Honduras han dicho que apoyan las negociaciones que conduce Arias, pero habría tensión en caso de que Zelaya volviese como presidente.

REGRESO DE ZELAYA, RIESGO DE VIOLENCIA

A pesar de su duro discurso, el mandatario depuesto no ha mostrado mucha voluntad de entrar a Honduras sin un acuerdo político previo. Tras caminar unos pocos metros en suelo hondureño el viernes, regresó a Nicaragua porque, dijo, no quiere provocar una masacre.

Un intento previo de entrar al país en un avión de Venezuela fue bloqueado por el Ejército, provocando choques con simpatizantes en los cuales murió un manifestante.

Micheletti acusa a Venezuela de interferencia, y en Washington existe algo de inquietud por la creciente cercanía de Zelaya con Chávez, el mayor crítico regional de Estados Unidos.

Chávez dijo que puso tropas en alerta tras el golpe de Estado y ha jugado un papel polarizador con su retórica amenazante, aunque la mayoría de los analistas creen que Venezuela no tiene suficiente fuerza militar para intervenir.

(Traducido por Tomás Sarmiento. Editado por Javier Leira)