MADRID, 4 Ene. (EUROPA PRESS) -
Ambato, capital de la provincia ecuatoriana de Tungurahua, ha perdido a dos vecinos en sendos atentados terroristas en España. Por un lado, Ángel Manzano, quien murió en el atentado del 11-M que acabó con la vida de 192 personas en el año 2003, y, por otro, el reciente fallecimiento en atentado de ETA de Carlos Alonso Palate, originario de San Luis de Picaihua, al suroeste de Ambato.
Ángel Manzano, de 42 años, llevaba sólo díez meses en España y trabajaba en una fábrica de muebles de madera en Madrid. En su país dejó a su esposa y a sus tres hijos pequeños, a los que mandaba mensualmente parte de su sueldo. Carecía de papeles de residencia, por lo que había decidido regresar el 20 de mayo de 2003 para quedarse en Ecuador. Sin embargo, perdió la vida en el atentado del 11-M.
Por su parte, Carlos Alonso Palate, de 35 años, era soltero y tenía dos hermanos y una hermana que residen en Ecuador. Él era el mayor de los cuatro y, según sus familiares, se había convertido en el sustento de la madre, los hermanos y los sobrinos y aspiraba a ahorrar el dinero suficiente para comprar una casa en su país de origen.
Palate vivía desde hacía cinco años en Valencia, la misma ciudad en la que también reside su tío Carlos y donde trabajaba en una fábrica de plásticos de la localidad de Torrent. Antes de trasladarse a España en 2002, había trabajado como obrero en la fábrica Vestetexa.
El pasado sábado 30 de diciembre, Carlos Alonso Palate había acudido al aeropuerto de Madrid-Barajas con un amigo para recoger a la madre de éste. Se encontraba descansando en el coche cuando estalló la furgoneta bomba de ETA.
Ayer, tras cuatro días de intensa búsqueda, los equipos de emergencia localizaron el cádaver en el interior de su vehículo, de donde fue rescatado de madrugada. Esta misma tarde, su cuerpo será repatriado hacia Ecuador, donde será enterrado en su ciudad natal.