Actualizado 04/08/2009 17:24

Estadounidense en juicio Suu Kyi es internado en Myanmar

RANGUN (Reuters/EP) - El estadounidense involucrado en el juicio de la líder opositora de Myanmar Aung San Suu Kyi por cargos de seguridad fue internado en el hospital durante la noche después de colapsar en prisión, dijo el martes un funcionario de la embajada del país norteamericano.

John Yettaw, un veterano de Vietnam cuyo ingreso al hogar de Suu Kyi en mayo violó los términos de su arresto domiciliario, ingresó en el hospital el lunes tarde, donde lo visitó un funcionario de la embajada, dijo el portavoz Richard Mei.

"Pedimos permiso para poder verlo de nuevo", dijo, sin dar detalles.

Un funcionario médico del Hospital General de Rangún, que se negó a ser identificado, dijo que Yettaw se estaba recuperando.

Su abogado, Khin Maung Oo, dijo que no sabía por qué su cliente se había desmayado.

"Aún no se nada al respecto", dijo a Reuters. "Pero el señor Yettaw tiene epilepsia, diabetes y problemas cardíacos", agregó.

Yettaw, de 54 años y originario de Misuri, está siendo enjuiciado junto a Suu Kyi y dos de sus empleadas domésticas. Está acusado de cometer delitos de inmigración y de violar una ley municipal que prohíbe nadar en determinadas áreas.

Yettaw pasó inadvertido ante los guardias de seguridad y nadó hasta la casa de Suu Kyi en el Lago Inya el 4 de mayo, donde se quedó durante dos noches.

La acusación dice que, debido a su estadía, Suu Kyi violó una ley de seguridad interna.

Yettaw, un mormón, dijo a la corte que Dios lo había enviado para advertir a Suu Kyi que sería asesinada por "terroristas".

El abogado de la líder de la oposición, Nyan Win, señaló el viernes que Yettaw se comportó tenso en el tribunal y dijo a cada uno de los abogados que los quería mucho.

El viernes se preveía un veredicto, pero el juez suspendió el caso hasta el 11 de agosto. Una fuente legal dijo que podría postergarse más si Yettaw no se recuperaba a tiempo.

El juicio desató indignación internacional. Suu Kyi podría ser condenada a cinco años de prisión y los críticos dicen que es una artimaña de los gobernantes militares de Myanmar para garantizar que la carismática ganadora del Premio Nobel de la Paz siga en detención hasta después de las elecciones del año próximo.