Actualizado 28/11/2016 21:08

Cómo funciona el tráfico de personas en la frontera de Bolivia y Argentina

Trafico
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   BUENOS AIRES, 28 Nov. (Notimérica) -

   El paso Salvador Mazza-Yacuiba, frontera norte de Argentina con Bolivia, es uno de las decenas de pasos fronterizos que comunican ambos países, por los que se desarrollan todo tipo de actividades ilegales, como el narcotráfico, la trata y el tráfico de personas.

   El trafico de humanos es, además de un delito de lesa humanidad, un negocio internacional que afecta a más de 137 países en todo el mundo. Uno de los focos en los que se desarrolla son estos pasos fronterizos entre Bolivia y Argentina. En estas zonas operan los tratantes, mafias que ofrecen trabajos con muy buenas condiciones laborales a bolivianos, muchos ellos indocumentados, al otro lado de la frontera.

   Estos puestos se alejan mucho de lo prometido, ya que terminan por ser actividades con durísimas condiciones, rozando la esclavitud, sobre todo en sectores como talleres textiles, huertas, construcción y carpintería.

   Lo curioso de esta situación es que los trabajadores, desde el desconocimiento de sus derechos, no se perciben a sí mismos como víctimas, sino que en muchas ocasiones estas actividades conforman su única oportunidad.

   El cónsul de Bolivia en la localidad de Salvador Mazza (Argentina) explicó en una entrevista a 'Télam' que las personas que ingresan ilegalmente en el país "muchas veces no tienen el documento de identidad de origen, y hasta nos encontramos con gente que carece de partida de nacimiento, como si no existiera".

   En esta entrevista, el cónsul, testigo directo de muchas de estas historias de explotación, narró la historia de la constructora Aguaray, de quien tuvo noticias a partir de la muerte de un boliviano trabajando en esa empresa. Al personarse allí, comprobó que había unos 260 bolivianos sin documentación que vivían y trabajaban en condiciones totalmente precarias.

   "Fuimos al lugar pero, cuando la gente nos vio llegar, tuvieron temor de que los sacáramos a la fuerza. Nada más alejado de la realidad, sólo queríamos hablar con ellos, interiorizarnos de las razones por las que habían dejado Bolivia y, sobre todo, por qué no tenían sus documentos personales en regla", aseguró el diplomático.

   El cónsul también reiteró la imposibilidad de controlar la frontera, porque "geográficamente es como una especie de U con pasos no autorizados, con caminos, quebradas y gente que tiene el patio en el otro país. Y esto da una situación que colabora para el contrabando".

   Sobre la situación de estos inmigrantes ilegales, que se ven obligados a abandonar su país para trabajar en condiciones pésimas, afirmó que "viven en el monte, cruzan por pasos no habilitados, a veces los cruza el empresario y a veces ellos mismos. Es triste y penoso que el propio boliviano explota a su gente".