Actualizado 13/07/2009 17:16

Gobierno interino Honduras mira elección como salida crisis

Por Juana Casas y Enrique Andrés Pretel

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - El Gobierno interino de Honduras contempla a los próximos comicios como una vía para desactivar definitivamente el conflicto político y escapar de la condena internacional por el golpe de Estado, al tiempo que abrió la puerta a una amnistía para el depuesto Manuel Zelaya.

Sin embargo, el derrocado líder hondureño insiste en que retornará como presidente del país centroamericano, donde las autoridades provisionales le levantaron cargos por traición a la patria, abuso de poder y corrupción tras su intento de modificar la carta magna y abrir la puerta a la reelección.

"Creo que adelantar las elecciones es una propuesta que (...) no es descabellada. Podría ser una solución para este problema, porque una vez enfilados en la campaña política, de repente se pierde un poco esto", dijo el domingo el presidente de facto, Roberto Micheletti, en una entrevista con Reuters.

El Gobierno interino ha asegurado que entregará el poder en enero al ganador de los comicios previstos para noviembre, aunque la fecha podría adelantarse si hubiera acuerdo entre los principales partidos y la autoridad electoral.

Micheletti, que asumió el poder horas después de que Zelaya fuera secuestrado y expulsado del país por militares a punta de pistola el 28 de junio, dejó entrever una flexibilización de su duro discurso contra el depuesto mandatario, asegurando que estaría de acuerdo con una amnistía si la justicia lo permite.

"Yo creo que sí (...) Nosotros debemos buscar la paz y eso (la amnistía) es parte de ello. No tenemos ningún inconveniente", dijo, en el marco de las conversaciones que se iniciaron con la mediación de Costa Rica para superar la peor crisis política centroamericana en las últimas dos décadas.

Sin embargo, el veterano político hondureño insistió en el planteamiento central de partidos, la justicia, empresarios y militares de que no existe ninguna posibilidad de que Zelaya regrese al poder en el país más pobre del continente americano tras Haití y Nicaragua, a menos que sea para ser juzgado.

Por su parte, Zelaya, quien está en Nicaragua, ha abogado en los últimos días por la restitución en su cargo y ha señalado que una salida del Gobierno interino "es lo más honroso para las democracias de América Latina".

EN BUSCA DE LA NORMALIDAD

Honduras volvía poco a poco a la normalidad, con las marchas a favor y en contra del derrocado mandatario cada vez menos frecuentes y concurridas, luego de días de agitadas protestas en las que murió un seguidor de Zelaya en un enfrentamiento con militares.

El Gobierno interino levantó el domingo el toque de queda que regía desde el día del golpe, cuando Zelaya iba a realizar una consulta popular sobre la posibilidad de convocar una Asamblea Constituyente para reescribir la Constitución como hicieron sus aliados izquierdistas de Venezuela, Ecuador y Bolivia.

Micheletti, un viejo rival político de Zelaya que nunca logró el apoyo de su partido para postularse a la presidencia, dijo que las conversaciones abiertas entre las partes para buscar una salida dialogada al conflicto se reanudarán "en aproximadamente 8 a 10 días".

Mientras, el Gobierno de facto busca asentarse en el poder tomando juramento día a día a funcionarios, pese a que quedó aislado internacionalmente y las sanciones económicas podrían poner en peligro la pequeña economía exportadora de café y textiles.

"Tenemos nosotros que dedicarnos más a trabajar, creo que el capítulo ya pasó, ya tenemos que empezar a dedicarnos a buscar la orientación que tenemos que tener como país", dijo el mandatario interino, que el lunes nombrará un nuevo canciller.

Los empresarios han cerrado filas con la administración de Micheletti anunciando que congelarán e incluso reducirán los precios de algunos productos de la canasta básica, mientras el Gobierno interino anunció una reducción de gastos ante los difíciles meses que se le presentan.

Suspendida de la Organización de Estados Americanos (OEA), Honduras enfrenta el congelamiento de nuevos préstamos por parte de organismos multilaterales que financian proyectos de desarrollo y la amenaza de un corte de ayuda financiera de Estados Unidos por un importe de 180 millones de dólares.

Por su parte, maestros continúan un paro que ya se prolonga por 15 días y que ha dejado a más de 2 millones de niños sin clases para presionar por el regreso de Zelaya.

(Con reporte adicional de Gustavo Palencia y Simon Gardner; editado por Hernán García)