Actualizado 30/06/2009 23:30

Golpe Honduras, poco riesgo para gobiernos de izquierda

Por Stuart Grudgings

RIO DE JANEIRO (Reuters/EP) - El decidido apoyo de Washington al derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, redujo drásticamente las posibilidades de que el golpe militar reviva las tensiones ideológicas en América Latina o aliente acciones similares contra otros gobiernos de izquierda.

Pero, un fracaso en acompañar las palabras con acciones para ayudar a reinstalar al presidente izquierdista podría dar una victoria propagandística a sus colegas socialistas de América Latina y dañar esfuerzos de Estados Unidos para reconstruir su liderazgo en la región.

El aparentemente débil golpe de Estado en Honduras, frente al fuerte consenso regional en su contra, significa que es improbable que disemine acciones similares en una región históricamente inclinada a las asonadas militares, dijeron analistas.

"Este golpe es un fracaso (...) porque el mundo ha cambiado y era claro desde antes de que lo hicieran que no iban a obtener apoyo de nadie en el hemisferio", dijo Mark Weisbrot, del Centro para la Investigación Económica y Política de Washington. "No creo que entusiasme a nadie", agregó.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, enemigo de la política comercial y exterior de Washington en América Latina, ha amenazado con una acción militar en Honduras para reinstalar a Zelaya y convocó a su bloque de izquierda para unirse contra el golpe del domingo, definiendo la crisis como un ataque a la democracia de parte de fuerzas imperialistas.

El presidente estadounidense, Barack Obama, se sumó el lunes al resto de líderes latinoamericanos en condenar el golpe como ilegal, estableciendo un contraste con el 2002, cuando Washington fue en contra del consenso regional al dar una inicial bienvenida a un intento de golpe contra Chávez.

"ROBANDO EL SHOW"

"Parte de la razón por la que Estados Unidos saldrá con tanta fuerza en contra (del golpe) tiene que ver con la intención de evitar que Hugo Chávez se robe el show", opinó Kevin Casas-Zamora, miembro de la Iniciativa Latinoamericana de la Institución Brookings en Washington.

"Si Zelaya es devuelto al poder, Chávez no podrá reclamar la victoria para su revolución bolivariana", agregó aludiendo al héroe independentista Simón Bolívar a quien el venezolano apela para impulsar llamada revolución socialista.

Chávez, quien responsabilizó al ex presidente George W. Bush por el golpe que lo sacó brevemente del poder en el 2002, pidió investigar cualquier papel que pudiera haber tenido la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA) en el derrocamiento de Zelaya.

La CIA ha estado involucrada en la caída de gobiernos izquierdistas de América Latina. La Casa Blanca ha dicho que no hubo un papel de Estados Unidos en el golpe contra Zelaya.

Chávez ha sido duro con nuevos alcaldes y gobernadores electos el año pasado, privándolos de ingresos y de poder. Algunos en Venezuela temen que, humillando a la oposición, pueda estar aumentando la credibilidad de elementos radicales que creen en el uso de la fuerza para sacarlo del poder.

Evo Morales, el presidente de Bolivia y amigo socialista de Chávez, ha enfrentado disturbios y fuerte oposición de grupos empresariales y políticos conservadores, y la policía recientemente descubrió un supuesto complot para asesinarlo.

Zelaya fue detenido y enviado a la fuerza a Costa Rica cuando impulsaba una consulta no vinculante sobre la reelección presidencial. Líderes de izquierda, como Chávez y Morales, también han buscado extender sus mandatos.

En lugar de ser una advertencia para los gobiernos de izquierda latinoamericanos acerca de llevar los cambios constitucionales demasiado lejos, el golpe en Honduras es un ejemplo del riesgo de hacerlo sin suficiente apoyo político y militar, según analistas.

El apoyo diplomático casi unánime a Zelaya, cuyo intento de reformar la Constitución fue visto como anti democrático por sus críticos, podría escudar a otros líderes de la región de críticas similares en el futuro, dijo Chris Sabatini, director del Sociedad de las Américas-Consejo de las Américas.

"El acto inconstitucional que se está castigando es el golpe de Estado, no la muerte dolorosa que se produce antes: la erosión de las instituciones democráticas", afirmó.

"SEÑALES SUTILES"

Weisbrot y otros analistas dijeron que los líderes del golpe podrían buscar cualquier señal ambivalente en la postura de Estados Unidos que pudiera indicar que Washington querría permitir una salida política sin el regreso de Zelaya.

"Este Gobierno probablemente tiene el plan de quedarse en lo que quede de mandato", dijo Weisbrot aludiendo a la intención del presidente interino, Roberto Micheletti, de permanecer en el poder hasta que sea elegido un nuevo presidente en comicios previstos para el 29 de noviembre.

"Van a buscar señales sutiles de este Gobierno (de Obama) acerca de lo que deberían hacer", agregó.

Obama, indicando que Zelaya era el único presidente legítimo de Honduras, dijo que trabajaría con la Organización de Estados Americanos (OEA) y otras instituciones internacionales para restablecerlo en el poder y "ver si podemos resolver esto en una forma pacífica".

Obama y su secretaria de Estado, Hillary Clinton, se han referido explícitamente al derrocamiento de Zelaya como un "golpe". Pero Clinton dijo que Washington no lo designa específicamente como un golpe militar, por ahora, una medida que forzaría a cortar la ayuda estadounidense a Honduras.

Un funcionario estadounidense de alto rango, quien pidió no ser identificado, dijo que al retrasar una determinación legal de que ha ocurrido un golpe, Washington trata de dar más espacio para un acuerdo negociado.

"Hillary Clinton parece un poco menos clara que Obama en eso (...) Estados Unidos luciría como extremadamente débil si no puede hacer que esto (el golpe) se revierta", dijo Peter Hakim, presidente del Dialogo Interamericano en Washington.

"El hecho es que Estados Unidos sostiene que Zelaya es el presidente legítimo y muchos de nosotros somos conscientes del tipo de influencia que Estados Unidos debe proyectar en la gente que perpetró el golpe", agregó.