Actualizado 23/04/2013 05:40

Guatemala suspende el referéndum sobre la disputa territorial con Belice


MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno de Guatemala ha decidido suspender el referéndum sobre la disputa territorial con Belice, previsto para el próximo 6 de octubre, según ha informado este lunes el ministro de Exteriores, Fernando Carrera.

El canciller guatemalteco ha explicado que el Gobierno de Otto Pérez Molina ha decidido posponer la consulta popular porque actualmente no se dan las condiciones óptimas para que se celebre, de acuerdo con el diario 'Prensa Libre'.

En primer lugar, ha argumentado que la población guatemalteca todavía no es consciente de lo que supone trasladar la disputa territorial a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ni de las consecuencias que su fallo tendría para el país.

En relación con esto, ha indicado que la legislación beliceña exige una participación mínima del 60 por ciento de la población en el referéndum para que su resultado sea válido. "Actualmente creemos que es un obstáculo", ha dicho Carrera.

Por último, ha apuntado a las dificultades económicas, ya que la consulta popular costará 270 millones de quetzales. "Nos preocupa que hagamos un esfuerzo fiscal y el resultado sea negativo en alguno de los dos países y finalmente no podamos ir a la CIJ", ha argüido.

Como soluciones a estos tres problemas, Carrera ha indicado que el Gobierno de Guatemala propone posponer el referéndum para hacer una campaña informativa, que Belice elimine el requisito de participación y asegurar la financiación.

En cualquier caso, ha aclarado que el Gobierno de Pérez Molina no se opone a que la consulta popular se celebre primero en Belice, en la fecha prevista, y seis meses después --"a más tardar en junio"-- en Guatemala.

Carrera ha revelado que el Ejecutivo ya ha enviado una carta al Legislativo informando de la decisión y explicando los motivos que le han llevado a adoptarla para que determine el camino jurídico a seguir.

El canciller guatemalteco ha reiterado el compromiso de su Gobierno con la celebración de este referéndum y ha expresado su deseo de continuar con el diálogo con Belice y con la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre esta cuestión.

Guatemala y Belice acordaron hace un año, bajo el auspicio de la OEA, someter a referéndum su decisión de llevar a la CIJ la disputa territorial y solicitaron ayuda a la comunidad internacional, tanto para celebrarlo como para litigar, si el resultado es positivo.

EL CONFLICTO

Desde hace más de 150 años, Guatemala reclama una gran parte del territorio beliceño que perdió a cambio de un canal de navegación por el océano Atlántico que el país iberoamericano consiguió de manos de Reino Unido.

La disputa territorial se remonta a 1783 y 1786, cuando la corona española autorizó a la británica a cortar y transportar madera entre los ríos Hondo y Sibún, en Belice. Reino Unido aprovechó la licitación para ampliar sus dominios en Centroamérica.

Guatemala, con la finalidad de frenar el avance británico, firmó en 1859 el tratado de Aycinena-Wike, por virtud del cual consiguió un canal de navegación para comunicar la capital del país con el océano Atlántico, a cambio de la cesión de unos territorios.

En 1946 el Congreso de Guatemala denuncia el incumplimiento del tratado bilateral por parte de Reino Unido, por lo que solicita la devolución de los territorios cedidos a cambio del canal de navegación, algo a lo que las autoridades británicas se negaron.

En 1981, Naciones Unidas acepta la independencia de Belice, aunque con el voto en contra de Guatemala. Sin embargo, en 1999, el país centroamericano reconoce a su vecino, lo que supone el reconocimiento de sus fronteras.

Belice se niega a devolver el territorio argumentando, en primer lugar, que el tratado de Aycinena-Wike se firmó bajo la ocupación de las tropas británicas y, en segundo, que el reconocimiento de Guatemala implica también el reconocimiento territorial.

Por su parte, Guatemala funda su reivindicación en el incumplimiento del tratado bilateral por parte de Reino Unido y aduce que no dio un reconocimiento estatal a Belice, sino que simplemente reconoció el derecho a la autodeterminación del pueblo beliceño.