CIUDAD DE GUATEMALA, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Guatemala emitirá una disculpa pública a la familia de Jacobo Arbenz Guzmán, un presidente derrocado hace 57 años, por las violaciones a los Derechos Humanos de las que fue víctima cuando fue expulsado de esa nación centroamericana.
Arbenz, popularmente conocido como 'El soldado del pueblo', fue derrocado el 27 de junio de 1954 durante un golpe de Estado encabezado por la CIA, acusado de pretender instalar un gobierno de corte comunista. Sus propiedades fueron confiscadas y el exmilitar se vio obligado a abandonar Guatemala, no sin antes ser expuesto a humillaciones públicas.
Por primera vez en 57 años, Guatemala ha anunciado que pedirá perdón formalmente a la familia de Arbenz en un acto público que se realizará el próximo 20 de octubre en el Palacio Nacional de Cultura de la capital, con la presencia del actual presidente, Álvaro Colom.
En el acto se recordará la revolución cívico-militar que Arbenz protagonizó con un grupo de militares el 20 de octubre de 1944, que abrió con un período que ha sido descrito por algunos historiadores como los "diez años de la primavera guatemalteca". Seis años después de esa revuelta, Arbenz se convierte en presidente hasta 1954 cuando fue derrocado por opositores apoyados por Washington.
El Gobierno de Guatemala se ha comprometido a revisar los libros de historia para incluir la contribución de Arbenz al desarrollo político del país a partir de la primavera de 1944 y durante sus cuatro años de gobierno.
La biografía de Arbenz será corregida, la autopista nacional que construyó recibirá su nombre y "se creará un nuevo programa para formar al personal gubernamental para que siempre tengan en cuenta las necesidades de los granjeros e indígenas, tal y como Arbenz promovió durante su mandato", señala un comunicado oficial.
"Los jóvenes de ahora no saben lo que en realidad pasó, la verdadera historia", ha asegurado Claudia Arbenz, nieta del exmandatario en declaraciones a Reuters.
Al ser derrocado, Arbenz tuvo que exiliarse en varios países, muriendo finalmente en México. Mientras que en Guatemala se impuso un gobierno militar que dio pie a una guerra civil, en la que unas 200.000 personas perdieron la vida a causa de las violaciones a los Derechos Humanos cometidas por uniformados, según las denuncias de organizaciones civiles.