Actualizado 01/08/2009 00:57

Un hacker británico pierde apelación contra extradición a EEUU

LONDRES (Reuters/EP) - Un británico buscado en Estados Unidos por entrar en las redes de la NASA y el Pentágono en "el mayor pirateo militar de todos los tiempos" perdió el viernes una apelación contra su extradición, lo que hace más probable un juicio estadounidense.

Gary McKinnon, de 43 años, ha luchado durante tres años para evitar la extradición y acudir ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pero parece haber agotado las opciones ya que la Corte Suprema británica falló el viernes en contra de su última apelación.

La corte rechazó los argumentos de los abogados defensores de que la extradición de McKinnon, a quien recientemente se le ha diagnosticado el síndrome de Asperger, una forma de autismo, podría tener consecuencias desastrosas para su salud, como psicosis y suicido.

Los jueces también desestimaron sus peticiones para una revisión del caso. Los abogados habían desafiado una negativa del fiscal jefe británico para permitir que McKinnon fuera juzgado en Reino Unido, lo cual habría evitado la necesidad de una extradición.

"Por las razones fijadas en el fallo, se desestiman las demandas contra la secretaría de estado y la Fiscalía británica", dijo el juez Stanley Burnton en el fallo, según Press Association.

McKinnon, a quien sus abogados describen como un "fanático de los OVNI" y que usó internet para buscar vida alienígena, está acusado de provocar que la red entera de más de 2.000 computadores del Ejército de Estados Unidos se cerrara durante 24 horas en lo que las autoridades llamaron "el mayor pirateo militar de todos los tiempos".

Fue arrestado en el 2002 después de fiscales estadounidenses lo acusaran de acceder ilegalmente a los computadores, incluido en los sistemas del Pentágono y la NASA, y causar daños valorados en 700.000 dólares (unos 498.000 millones de euros).

McKinnon dijo a Reuters en el 2006 que él sólo era un "raro" de los computadores que quería averiguar si los extraterrestres existían realmente y se obsesionó con rastrear las enormes redes de datos militares en busca de cualquier prueba de que podrían estar allí.

Utilizó su propio computador con un módem de 56K en su casa de Londres sin contraseña protegida y de algún modo se las ingenió para evadir todas las medidas de seguridad que había adoptado el Ejército de Estados Unidos.

De ser condenado por un tribunal estadounidense, McKinnon podría enfrentarse a 70 años de prisión.