Actualizado 18/03/2017 08:22

¿Hay solución para la corrupción en América Latina?

Protesters hold a sign reading "More education less corruption" to protest again
GUADALUPE PARDO / REUTERS
 

   MADRID, 18 Mar. (Notimérica) -

   ¿Es la corrupción un mal endémico de América Latina?. Esta es una de las preguntas más recurrentes surgidas a la hora de llevar a cabo un análisis de una de las lacras más características de Latinoamérica. En el territorio han estallado en los últimos meses dos de los casos de corrupción con mayor repercusión política, económica y social de la historia: los Panamá Papers y, más recientemente, el caso Odebrecht.

   Para el Director Regional para las Américas de Transparencia Internacional (TI), Alejandro Salas, la eclosión del caso Odebrecht ha supuesto "un golpe y una gran decepción" para los latinoamericanos, especialmente debido al alcance de los hechos. "Es darse cuenta de que, por ejemplo, en Perú han sido tres administraciones continuas las que, aparentemente, han recibido sobornos, algunas de ellas abanderadas de la lucha contra la corrupción".

   Así, en los últimos meses la corrupción en América Latina se ha impuesto como un tema de gran repercusión, especialmente mediática. Para Salas, esto es algo también positivo, ya que "ahora el tema es más visible" y puede llevar a dar "un paso hacia la colaboración" latinoamericana, algo que ve necesario debido a que "la corrupción grande se da a través de países, difícilmente se queda contenida dentro de uno solo. El dinero cruza fronteras".

   La falta de transparencia latinoamericana adquiere una mayor importancia en el ámbito político, en especial debido a la debilidad de partidos y la falta de oposición, lo que hace "a las instituciones más débiles". Por ello, para Manuel Villoria, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, recalca la necesidad de que "se den cambios estructurales que vayan más allá de la polémica mediática".

   Es importante que los movimientos sociales en la región lleven a cabo acciones colectivas contra la impunidad y que hagan tambalearse a las grandes estructuras de poder mostrando "que quien la hace la paga". Un adecuado control del poder, señala Villoria, permitiría "un desarrollo político realizado a través de instituciones sólidas, siendo una de ellas un poder judicial independiente, con una fiscalía bien dotada y con un servicio civil profesional y meritocrático, no sometido a los cambios políticos".

PRESENTACION CORRUPCIÓN

FALTA DE CONFIANZA CIUDADANA

   Estos hechos, tal y como dice el catedrático, pueden ser una explicación de las grandes diferencias entre países de la misma región: "ese diseño institucional explica por qué Uruguay o Chile tienen instituciones más sólidas, mientras que otros países tienen un poder más descontrolado, como Venezuela o México".

   Esto se refleja en la confianza que los ciudadanos dan a sus instituciones políticas. Según en Latinobarómetro del año 2015, un 43,1 por ciento de la población de la región tenía 'ninguna' confianza en los partidos políticos, un 35,1 por ciento 'poca' y, tan solo un 3,5 por ciento tenía 'Mucha confianza' en ellos.

   Ésta misma fuente señalaba que en el año 2013 --años antes de que surgieran los grandes escándalos de corrupción en América Latina-- el fenómeno ocupaba el tercer lugar (6 por ciento) entre los problemas más importantes de la región, solo por debajo de la seguridad pública (24 por ciento) y el desempleo (16 por ciento).

   Sin embargo, no ha sido hasta hace pocos años cuando se ha dado un incremento en las movilizaciones ciudadanas en contra de éste fenómeno. La desaceleración del mercado regional y de las economías nacionales latinoamericanas, así como la eclosión de grandes tramas de corrupción en toda la región, han incrementado notablemente las problemáticas sociales.

   De la misma manera, Salas señala que "muchas veces se cree que la corrupción es un tema de pobreza o de riqueza de las naciones", pero no es necesariamente así. "Podemos poner el caso de Venezuela, que no es necesariamente un país de los más pobres del mundo, y que hasta hace unos años tenía una clase media muy grande comparada con otros países o un alto nivel de riqueza energética", indica el catedrático.

   Justamente esta clase media, continúa Salas, es uno de los factores que han llevado a la eclosión de denuncias sociales sobre la corrupción. "La demanda hacia lo político de las clases medias emergentes es diferente a la del los pobres", éstos últimos lo único que quieren es "sobrevivir" frente a los deseos de las clases medias de que "sus hijos vivan mejor que ellos y que no tengan tantos problemas en los ámbitos de educación, transporte...".

HETEROGENEIDAD REGIONAL

   De esta manera, Transparencia Internacional señala que hoy en día los latinoamericanos tienen una alta percepción de la corrupción y la califican como 'intensa', dejando de confiar en sus instituciones después de que la falta de honestidad política haya provocado distorsiones en la asignación de recursos y, por ende, la inefectividad de las políticas públicas.

   Según esta misma fuente, en el año 2016 solo tres países latinoamericanos se encuentran por encima de la media en cuanto a transparencia --Uruguay, Chile y Costa Rica--, siendo los países latinoamericanos con peor valoración Guatemala, Paraguay, Nicaragua, Haití y Venezuela.

   En lo referente a Brasil, epicentro del caso Obredecht, el país se sitúa por encima de la media en la lista en lo que a transparencia se refiere. Tal y como explica Transparencia Internacional, el hecho de que se conozcan todos estos casos es consecuencia de que se está trabajando en destapar estas tramas y, por ende, en fomentar la transparencia. "En Brasil hay autoridades valiosas que están haciendo su trabajo y mostrando cómo hay una institucionalidad, dando la cara y demostrando que sí se puede", señala Salas.

   Así, cabe pensar cuáles han sido, si las ha habido, las medidas tomadas por los gobiernos latinoamericanos para favorecer la transparencia y, en el caso de haberse tomado, por qué son insuficientes. No se puede hablar de medidas a nivel regional, y precisamente este es uno de los rasgos que podrían caracterizar la falta de transparencia: la heterogeneidad de América Latina. Además, el elemento común entre todos ellos, la democracia, "no es garantía para evitar la corrupción", dice Villoria, ya que "lo importante es la calidad de la misma".