Actualizado 27/09/2009 00:26

Honduras.- Continúan las protestas en las calles ante la falta de avances hacia una salida de la crisis política


TEGUCIGALPA, 26 Sep. (Reuters/EP) -

La crisis política abierta tras el golpe de Estado en Honduras volvió el sábado al punto muerto, con el depuesto presidente Manuel Zelaya atrincherado en la Embajada de Brasil y el Gobierno 'de facto' negándose rotundamente a restituirle en el poder.

Mientras, unos 2.000 partidarios de Zelaya marcharon en Tegucigalpa hasta la legación diplomática ataviados con banderas rojas y de Honduras exigiendo el retorno a la Presidencia de Zelaya, seguidos de cerca por policías y soldados con equipo antidisturbios.

Durante la marcha, los partidarios de Zelaya hicieron una parada ante la Embajada estadounidense y decenas de ellos se descalzaron y blandieron sus zapatos para exigir una mayor presión del Gobierno de Barack Obama, en una clara referencia al incidente en el que un periodista iraquí arrojó su calzado al ex presidente George W. Bush.

Al llegar a la Embajada de Brasil, cercada por militares, muchos gritaban "¡'Mel' (apodo de Zelaya), aguanta, el pueblo se levanta!", mientras se reforzaba la vigilancia con fuerzas especiales instaladas incluso en el techo de un restaurante de comida rápida.

"Lo que ellos quieren es guerra, hay riesgo de enfrentamiento. La cosa se resuelve con el regreso de Zelaya aunque lo dudo, porque Micheletti no quiere entregar", opinó Hebert Flores, un relojero de 18 años.