Actualizado 07/01/2010 02:37

Honduras.-Micheletti advierte de que no renunciará hasta la toma de posesión de Lobo pese a la presión de Estados Unidos

TEGUCIGALPA, 7 Ene. (EUROPA PRESS) -

El presidente 'de facto' de Honduras, Roberto Micheletti, subrayó este miércoles que pese a la presión ejercida desde Estados Unidos y por parte del mandatario electo, Porfirio Lobo, no renunciará al cargo hasta que el próximo día 27 se formalice el traspaso del poder, al que accedió tras un golpe de Estado en junio del año pasado.

Micheletti se agarra a la "sucesión constitucional" para argumentar que debe permanecer en el poder hasta el 27, en la medida en que hasta entonces no se producirá un "acto legal" que posibilite la retirada.

"Yo no voy a cambiar porque vengan aquí a presionarme", dijo Micheletti poco antes de reunirse con el subsecretario de Estado adjunto para el Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Craig Kelly, aparente defensor de una salida antes de tiempo de Micheletti. En este sentido, Micheletti explicó que Estados Unidos ha ofrecido a Tegucigalpa "muchos millones de dólares de ayuda" a cambio de su retirada, lo que calificó de injerencia.

Asimismo, el presidente interino anunció que no asistirá a la toma de posesión de Lobo, en un guiño al mandatario entrante. "No quiero que sea un pretexto más para que se me responsabilice por algunas cosas que puedan suceder en el país", añadió, en declaraciones recogidas por los medios locales.

DISTINTOS PUNTOS DE VISTA

Por su parte, Lobo, sin criticar frontalmente a Micheletti, sí le volvió a pedir este miércoles que recapacite acerca de la importancia de una dimisión previa a la ceremonia del día 27. Así, indicó que el presidente 'de facto' debería tomar "la mejor decisión" para los hondureños y que una renuncia sería vista por la comunidad internacional como un gesto de buena voluntad.

El dirigente electo pidió el cumplimiento del estancado acuerdo Tegucigalpa-San José con el que se pretendía poner fin a la crisis política, en el que se incluyen, entre otras medidas, una amnistía que permitiría al depuesto Manuel Zelaya abandonar la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde permanece refugiado desde finales del pasado mes de septiembre.