QUITO, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores ecuatoriano, Fander Falconí, reconoció este miércoles que el Gobierno de Rafael Correa no reconocerá las elecciones generales previstas en Honduras para el 29 de noviembre si el proceso electoral está "reñido con el orden democrático" e insistió de nuevo en la necesidad de que se restituya al presidente depuesto Manuel Zelaya en el cargo.
"Un proceso electoral reñido con el orden democrático no será reconocido por Ecuador", advirtió el jefe de la diplomacia ecuatoriana en un comunicado.
Asimismo, dejó claro que "Ecuador está vigilante de la situación en Honduras y aunará esfuerzos para que ese país centroamericano retorne a la vida democrática". "Para ello, continúa realizando las gestiones diplomáticas correspondientes", agrega en la nota.
Falconí se entrevistó este miércoles con el embajador del Gobierno hondureño en Ecuador, Rafael Murillo Selva, que representa al Gobierno derrocado en el golpe militar del pasado 28 de junio.
El jefe de la diplomacia ecuatoriana trasladó a Murillo Selva que Quito exige la vuelta el orden constitucional previo al golpe, así como la restitución inmediata e incondicional de Zelaya, informó el diario 'El Comercio'.
Las negociaciones en Honduras se encuentran actualmente estancadas ante la negativa de Zelaya de aceptar conformar un Gobierno de unidad con miembros de ambas partes, después de que el presidente interino, Roberto Micheletti, anunciara el pasado jueves la creación de un gabinete sin representantes del mandatario derrocado.
Poco después Micheletti asomó la posibilidad de crear un gabinete de unidad repartido en partes iguales, pero Zelaya rechazó esta propuesta alegando que se trata de otro "zarpazo a la democracia".
Zelaya insiste en que debe ser él quien encabece el Gobierno de unidad por ser el "presidente legítimo y constitucional" de Honduras, y no Micheletti quien es "un golpista" que ha "violado" los principios democráticos en ese país.
Ambas partes firmaron el pasado 29 de octubre un acuerdo de 12 puntos que contempla, entre otras cosas, la creación de un gobierno de unidad nacional así como la restitución de Zelaya en la Presidencia, previa aprobación del Congreso que deberá obtener asimismo el dictamen de la Corte Suprema de Justicia del país, tal y como avala el acuerdo suscrito entre las partes en liza.