TEGUCIGALPA, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente derrocado de Honduras Manuel Zelaya cumple este lunes tres meses refugiado en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, después de que intentará regresar por sorpresa a ese país para exigir su restitución en el poder que perdió el pasado 28 de junio tras un golpe de Estado.
La llegada de Zelaya a Honduras despertó nuevamente el clima de inestabilidad en Honduras, aunque eso no impidió que el pasado 29 de noviembre se celebrarán los comicios generales en los que resultó electo el opositor Porfirio Lobo, quien asumirá el poder el 27 de enero próximo, pese a que todavía no cuenta con el reconocimiento de toda la comunidad internacional.
Desde el pasado 21 de septiembre, la sede diplomática brasileña permanece custodiada por las fuerzas de seguridad y por simpatizantes del Zelaya que exigen su retorno al poder. Al presidente derrocado le acompaña dentro su esposa, Xiomara Castro, además de una decena de personas.
Las posibilidades de un diálogo entre las partes se encuentran hoy más lejanas, ante la negativa del propio Zelaya de aceptar cualquier acuerdo, incluyendo su posible restitución en el cargo, tras asegurar que han sido un "fracoso" las negociaciones que han impulsado varios presidentes y ex presidentes de la región y la Organización de Estados Americanos (OEA).
Micheletti y Zelaya firmaron el pasado 30 de octubre el Acuerdo Tegucigalpa-San José con el que se dejaba en manos del Congreso la decisión de restituir al mandatario derrocado, la cual fue negada tras un intenso debate.
El último intento se dio hace más de una semana cuando el mandatario de República Dominicana, Leonel Fernández, ofreció a Zelaya y al presidente electo, Porfirio Lobo, reunirse en Santo Domingo, pero el viaje no se concretó ante la negativa del Gobierno 'de facto' de entregarle un salvoconducto al mandatario depuesto.
ASILO
Micheletti ha dicho que Zelaya puede abandonar el país siempre que salga como asilado político y no como "huésped distinguido" como pretendió hacer el pasado 9 de diciembre, cuando se negó a darle un salvoconducto para que viajara a México bajo esta última condición.
Las condiciones del Gobierno 'de facto' exigen además que este asilo político territorial debe ser otorgado por un país que no sea centroamericano. Hasta el momento se desconoce si alguno de los Gobierno "aliados" de Zelaya --como Venezuela o Bolivia-- han abordado esta posibilidad.
Aún se desconoce cuánto tiempo permanecerá Zelaya en la Embajada de Brasil. Fuentes cercanas a la diplomacia brasileña afirman que podría quedarse hasta el 27 de enero de 2010, mientras que otras fuentes próximas al propio Zelaya señalaron que el presidente depuesto abandonará su refugio antes del 24 de diciembre, según informó 'El Heraldo'.
El Gobierno de Brasil ha dicho que se puede quedar el tiempo que lo desee, incluso hasta después de que asuma el poder Lobo en enero, aunque las autoridades interinas han presionado para que Zelaya sea desalojado lo antes posible, alegando que su presencia colabora con la inestabilidad de esa nación.